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Voto de Snuff:
4
1 de junio de 2012
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras habernos presentado la también prescindible La muerte camina con tacón alto (1971), Ercoli nos presenta otro pseudogiallo no tan cercano al whodunit como el anterior. Evidentemente ebrio hasta las cejas de Martino, cambia su estilo de dirección para ofrecernos una apuesta bastante diferente a su anterior incursión en el género amarillo.
El comienzo es prometedor: una mujer (Nieves Navarro) se somete a un experimento con una droga en el que ve el asesinato de una mujer. El crimen se efectúa con un puño de hierro con pinchos en los nudillos. Este inicio recuerda algo a "Una lagartija con piel de mujer", de Fulci, y el hecho de tener la identidad de asesino en el inconsciente remite claramente a Argento. Desgraciadamente, se alejará rápidamente de ambos.
Tenemos el J&B, tenemos los guantes negros, tenemos algún personaje carismático (cosa que a Ercoli parece dársele bien, pues también lo hizo en la anterior) pero sobre todo tenemos metraje y metraje sobre una trama que no va ni viene y que acaba por resultar irritante, a pesar de lo intrigante del comienzo. Ercoli no tiene el talento para la dirección de Martino, aunque plagie abiertamente su estética... bueno... con los italianos en esta década nunca se sabe, todos se plagiaban a lo loco y al final es imposible discernir quién hizo qué. Lo dicho, la trama estorba, se le da demasiada importancia y no la suficiente tensión, faltan asesinatos, faltan escenas verdaderamente sórdidas, falta atmósfera.
La secuencia final es una ridícula pelea en un tejado, absolutamente irregular porque está dirigida con bastante acierto pero penosamente coreografiada y da más risa que otra cosa, casi se esperan los cartelones aquellos de PAF, PUM, etc. Las interpretaciones, en general, no están mal.
En resumidas cuentas, no entiendo por qué Ercoli tiene nombre dentro del subgénero. Si bien no es de las peores (créanme: las hay) se puede obviar sin ningún problema.
El comienzo es prometedor: una mujer (Nieves Navarro) se somete a un experimento con una droga en el que ve el asesinato de una mujer. El crimen se efectúa con un puño de hierro con pinchos en los nudillos. Este inicio recuerda algo a "Una lagartija con piel de mujer", de Fulci, y el hecho de tener la identidad de asesino en el inconsciente remite claramente a Argento. Desgraciadamente, se alejará rápidamente de ambos.
Tenemos el J&B, tenemos los guantes negros, tenemos algún personaje carismático (cosa que a Ercoli parece dársele bien, pues también lo hizo en la anterior) pero sobre todo tenemos metraje y metraje sobre una trama que no va ni viene y que acaba por resultar irritante, a pesar de lo intrigante del comienzo. Ercoli no tiene el talento para la dirección de Martino, aunque plagie abiertamente su estética... bueno... con los italianos en esta década nunca se sabe, todos se plagiaban a lo loco y al final es imposible discernir quién hizo qué. Lo dicho, la trama estorba, se le da demasiada importancia y no la suficiente tensión, faltan asesinatos, faltan escenas verdaderamente sórdidas, falta atmósfera.
La secuencia final es una ridícula pelea en un tejado, absolutamente irregular porque está dirigida con bastante acierto pero penosamente coreografiada y da más risa que otra cosa, casi se esperan los cartelones aquellos de PAF, PUM, etc. Las interpretaciones, en general, no están mal.
En resumidas cuentas, no entiendo por qué Ercoli tiene nombre dentro del subgénero. Si bien no es de las peores (créanme: las hay) se puede obviar sin ningún problema.