A Clint Eastwood se le perdona todo, incluso este divertimento en el que se lo debió pasar en grande disfrazándose y haciendo de sí mismo. Pero los guionistas de este largometraje no tienen perdón, las escenas de acción parecen sacadas de un capítulo de la serie El Equipo A, muchos disparos, mucha arma y alguna explosión varia, pero ningún muerto. Una persecución con toda una banda de malotes detrás y él escapando con una mujer y un bebé y sin sufrir un arañazo.
El largometraje tiene un comienzo prometedor, un caza recompensas infalible que le gusta disfrazarse más que a Mortadelo, un tío muy bueno y eficaz. Hasta que se junta con la típica chica de los 80, creándose empatía mutua entre ellos y dando origen a una película mitad película de carretera, mitad de colegas a la fuerza. Pero en cuanto entran en escena los malotes, estereotipados y caricaturescos, la película se va a la mierda, con perdón.
A favor, que tenemos de protagonista a Clint Eastwood, y que a pesar de todo entretiene.