Pero, ¿qué coño es esto? ¿una puta broma?. Manda cojones las cagadas que se pueden hacer por no hacer ¡NADA!. Pero, vamos a ver, ese dragón ¿como lo han hecho? ¿juntando dos manos en la sombra de una pared, con un foco a la espalda?
Lo cierto es que da pena, mucha pena. La primera, a mí por lo menos, me encantó cuando la vi en mi PRE-adolescencia, con ese dragón tan bien hecho y esa voz tan majestuosa que le otorgaba Paco Rabal, revistiendo al susodicho a lo largo de la peli de un ser sabio. LO QUE DEBE SER UN DRAGRÓN, CAPULLOS. También en la primera se nos presenta el esteriotipo de un héroe, o lo que se supone que debe ser, atormentado por la culpa al creer que sus actos desembocaron en acontecimientos indeseables y dedicando su vida a la redención de los mismos. No un niñato, imberbe y tirillas que le das una hostia y llama corriendo a su mamá y ¿¡qué hacen hay dos chinos!?. En fin, una puta mierda. Por lo que más queráis, no la veáis.