Lo primero que he pensado al terminar esta serie es que me alegro de haberla visto. Quizás no pase a la historia de la televisión por su cuidada factura técnica, excelsas actuaciones, etc etc etc. Pero es una serie que se nota que se ha hecho con un enorme cariño, cuidando mucho los detalles y, sobre todo y quizás debido a esto, es una serie que llega al corazón por diferentes caminos. Un casting acertadísimo (toda una sorpresa su protagonista femenina, e igualmente, Minchi se luce como nunca en su personaje, como guionista y como director -y sin apenas cantar), pocos medios pero no se echan de menos, dirigida montada con mucha agilidad en capítulos breves, y un guión que brilla de verdad, dando a situaciones dramáticas y crudas y a sus espíritus atormentados e inadaptados, una muy acertada capa de comedia. Música mayoritariamente de conocidos grupos australianos, y fotografía que sabe sacar partido de los espectaculares paisajes del país. Hacía tiempo que una serie no me cautivaba como lo ha hecho esta, de una forma visceral, directamente desde el corazón. Son solo 8 episodios, apenas 4 horas, pero te llevas a unos amigos para siempre. Me extraña, y mucho, que está sea la primera crítica escrita por parte de los usuarios.