"Vayan a por los gatos", dice el magnate que ve peligrar su negocio cuando las bestias prehistóricas, como era de esperar, se escapan por el parque. El ataque...es una película decididamente mala, hecha con un presupuesto más chico que el guión.

En principio, las limitaciones económicas inciden en el desarrollo creando atmósferas sin pretenderlo: la ausencia de planos generales hace que el espectador nunca esté del todo ubicado en el espacio, y se genera una situación curiosa. Estamos en un parque/isla de grandes dimensiones que, sin embargo, se nos muestra como una suerte de plaza grande con ciertas lomas. Los focos donde la cámara se pasea siempre son los mismos, y en vez de paisajes verdes asistimos a un desfile de galerías dentro del centro de visitantes que, lejos de provocar tensión y claustrofobia, aburren por la monotonía de la puesta en escena.

Ni hablar de los gatos salvajes, es tan notoria su digitalización (parecen dibujos sobreimpresos en la fotografía) que resulta imposible tomarlos en serio. A ellos y a toda la peli: los diálogos no tienen razón de ser; más que un zoológico eso parece el jardín botánico. Los actores se dan cuenta del despropósito, y reaccionan de las formas más irrisorias ante cada situación.

Y una curiosidad: ¿Para qué las bestias son bulímicas? Las mujeres pueden caer en esa enfermedad, mucho más que los hombres; y a las mujeres se les suele decir "gatos". El problema es que intentar crear un simbolismo de este chiste de hora y media termina siendo más insultante que la peli misma.

Versión barata de un Jurassic park siempre mal homenajeado, El ataque... sólo salva un punto por "saberse" malísima, porque se nota que la dirección era conciente de esta patraña. Pero es una peli que requiere presupuesto, sí o sí. Ni la televisión justifica el tiempo perdido.