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Voto de Juan Rúas:
6
5,6
2.044
Serie de TV. Intriga. Thriller
Tres personas parecen llevar una vida perfecta, pero ocultan oscuros secretos que ni siquiera sus más allegados sospecharían nunca. Megan es una madre trabajadora de tres hijos. Ray es un prometedor fotógrafo documental atrapado en un trabajo sin futuro. Y Broome, un detective que no puede dejar de lado un caso sin resolver de una persona desaparecida. Cuando llega una vieja amiga del pasado de Megan, llamada Lorraine, con una noticia ... [+]
4 de enero de 2022
23 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
A un policial, por lo general, se le suele pedir una sola cosa. Independientemente de cómo maneje la trama, o a los personajes, o las sub historias, un policial decente debe contar con un desenlace que no suene a estupidez. Que el espectador no digiera toda la columna vertebral para que luego le salgan al final con conejos en la galera.
Quédate cerca sigue la linea de No hables con extraños (Daniel O Hara de vuelta). Logran verse notorias similitudes a la hora de armar la trama, los personajes y, principalmente, la estética. Son policiales de tonos coloridos, que rehuyen el noir y buscan el buen rollo sin caer en sobredosis de azúcar. Al fin y al cabo, siempre hay un crimen que investigar.
Esta serie juega con los famosos cabos sueltos, cebos falsos y pistas truchas del género. Pero la columna vertebral de la historia no prioriza tanto el amague sino la construcción paralela de tramas que a priori no parecen tener relevancia hasta que de pronto... Literalmente, va abriendo hilos sutiles que van cobrando fuerza conforme avanzan los capítulos.
Existen problemas de trazo grueso en algunas historias secundarias.
A spoilers.
Quédate cerca sigue la linea de No hables con extraños (Daniel O Hara de vuelta). Logran verse notorias similitudes a la hora de armar la trama, los personajes y, principalmente, la estética. Son policiales de tonos coloridos, que rehuyen el noir y buscan el buen rollo sin caer en sobredosis de azúcar. Al fin y al cabo, siempre hay un crimen que investigar.
Esta serie juega con los famosos cabos sueltos, cebos falsos y pistas truchas del género. Pero la columna vertebral de la historia no prioriza tanto el amague sino la construcción paralela de tramas que a priori no parecen tener relevancia hasta que de pronto... Literalmente, va abriendo hilos sutiles que van cobrando fuerza conforme avanzan los capítulos.
Existen problemas de trazo grueso en algunas historias secundarias.
A spoilers.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La sub trama de los psicópatas bailarines es un pegote extravagante, cuasi surrealista, que desentona con el contexto. Resulta difícil creer en sus papeles, especialmente el de ella. Se sienten demasiado simpáticos como para ser criminales. A su vez, la serie falla a la hora de plasmar la acción o de resolver cuestiones de despliegue físico. Utiliza la salida fácil de situaciones complejas que le restan credibilidad.
Por otra parte, el desenlace del fotógrafo es un tanto incomprensible. Independientemente de su inimputabilidad, dado el estado mental enfermizo que padecía con la prota, resulta inverosímil que se lo haya liberado sin más. De hecho, lo más lógico sería su internación inmediata. Al fin y al cabo descuartizó un cuerpo, en plena complicidad con el supuesto asesino/a. La trama ni repara en su situación legal, como si no existiera.
El desenlace de la historia principal cierra con coherencia, dejando por el camino los lastres ya mencionados. De esta forma, Quédate cerca logra desembarazarse con cierta dignidad del mismo embrollo argumental que armó. Son series que se meten ellas mismas en camisas de once varas, priorizando ganchos de “misterio comercial”. Arman enredaderas y el espectador atento, una vez zambullido en la trama, contempla con cierta inquietud como demonios salen de semejante berenjenal sin dar vergüenza ajena.
Por suerte, esta serie transpira para ello, y por momentos lo consigue
Por otra parte, el desenlace del fotógrafo es un tanto incomprensible. Independientemente de su inimputabilidad, dado el estado mental enfermizo que padecía con la prota, resulta inverosímil que se lo haya liberado sin más. De hecho, lo más lógico sería su internación inmediata. Al fin y al cabo descuartizó un cuerpo, en plena complicidad con el supuesto asesino/a. La trama ni repara en su situación legal, como si no existiera.
El desenlace de la historia principal cierra con coherencia, dejando por el camino los lastres ya mencionados. De esta forma, Quédate cerca logra desembarazarse con cierta dignidad del mismo embrollo argumental que armó. Son series que se meten ellas mismas en camisas de once varas, priorizando ganchos de “misterio comercial”. Arman enredaderas y el espectador atento, una vez zambullido en la trama, contempla con cierta inquietud como demonios salen de semejante berenjenal sin dar vergüenza ajena.
Por suerte, esta serie transpira para ello, y por momentos lo consigue