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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de Juan Rúas:
7
Drama John Halder (Viggo Mortensen), profesor de literatura en la Alemania de los años 30, es un buen ciudadano que poco a poco comienza a sentirse seducido por las ideas nazis. Los problemas familiares de Halder (una mujer neurótica, dos hijos que requieren atención y una madre que sufre demencia senil) lo llevan a publicar una novela en la que aboga por la eutanasia compasiva. Su libro le resulta muy útil al régimen para apoyar la ... [+]
12 de agosto de 2012
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
No resulta extraño que a un pobre tipo como el que caracteriza Mortensen le haya pasado lo que le pasó. Durante la dictadura militar de 1976 en Argentina más de algún escritor se vio engañado, o bien interesado, por las ideologías golpistas. Caso Jorge Luis Borges, caso Ernesto Sábato entre otros. El arte sirvió, sirve y servirá para levantar banderas políticas.

Good narra la historia de un escritor que cuando pretende finalmente decir "no, no quiero toda esta mierda"...pues ya la tiene hasta el cuello. No lo considero de ninguna manera un ignorante: en él he visto una indeterminación de base que lo termina arrastrando al abismo de todo lo que lo rodea. Porque su pena jamás podrá compararse a la de sus amigos judíos, pero lo cierto es que una vez que están finiquitadas las cosas difícilmente ese escritor pueda perdonarse semejante equivocación. El "no puede ser cierto" es suplantado por el "es cierto" final (spoiler).

Lo que algunos consideran apatía yo lo interpreto como una intención legítima por parte de Amorim de no sobrecargar las tintas. Inmiscuirse en el drama puro sobre un tema tan delicado suele ser peligroso. Porque en última instancia en Good, siempre desde la mirada del protagonista, se respira no un sentimiento de horror, sino de estupor, pura y dura estupefacción ante una realidad avasallante. La mirada que ejerce la película es inusual, porque toma distancia del holocausto llevándolo al terreno de una pesadilla de la que quieres despertar, pero que aún así te engañas considerándola un mal sueño. Por eso ese color opaco que daña a la imagen; por eso el pedido de auxilio de las víctimas ante un Mortensen que, sencillamente, nunca termina de creerse lo que efectivamente sucede. La imagen final es modélica, porque aún en el medio de la debacle la cámara se aleja en vertical dejando al protagonista solo, como abandonándolo a lo que nunca quiso o supo ver. Exactamente la misma reacción de Vigo ante el pedido desesperado de sus afectos más próximos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Juan Rúas
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