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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de Juan Rúas:
8
Cine negro. Drama Nueva York, año 1934. Christopher Cross es un simple cajero, infelizmente casado, cuya única pasión es la pintura. Una noche conoce a Kitty March, una atractiva buscavidas de la que se enamora y le hace creer que es un pintor de éxito. La chica y su novio Johnny, un tipo sin escrúpulos, aprovechan la ocasión para intentar explotar al pobre hombre, pues creen que sus cuadros valen mucho dinero.
(FILMAFFINITY)
14 de septiembre de 2010
21 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
De títeres e incapaces también se hace el cine, sino pregúntenle a Lang, un directorazo que con Perversidad logra mostrar el lado impotente de ciertos personajes comunes dentro del cine negro, que de pronto son más idiotas que lo que el género acostumbra ofrecer. Y es que en esta peli hay, desde luego, serios atisbos de maldad, interés, morbosidad, malsana dependencia y claro/oscuros notorios, pero con una diferencia al respecto del cine negro: todo va mal, todo se hace mal, todo inicia mal.

La femme fatalle parece haber consumido su carisma ante la debilidad que siente por su esposo/pareja, quien la juega de malo maloso pero con una carencia predominante: la inteligencia. Porque simula estar de vuelta, pero en realidad no sabe nada, ni de arte ni disimular su verdadera condición ante el manipulado de turno. El manipulado de turno es un tipo inteligente, da cuenta de que algo definitivamente no anda y que huele a podrido, pero es su propia autoestima ausente lo que lo arroja al sendero de las marionetas desechables, fluctuando entre una mujer que lo usa y una madre castradora que lo denigra en su condición de hombre: basta ver el cuadro de la ex pareja colgado en una de las paredes del salón para sentir lástima por él, que ni reaccionar ni defenderse sabe.

Los críticos de arte no saben diferenciar un plagio, la policía no sabe entender un caso evidente. Todo es tan cerrado, oscúramente patético y asfixiante que Lang sólo puede seguir con esta peli hasta su culminación y trascender el cine negro: porque en última instancia son tan fuertes las negras motivaciones y las malas predisposiciones psicológicas que presentan los personajes que todos los tópicos del género se rinden ante una obra que lo da vuelta, que demuestra que se puede partir de una base para romperla después.
Pero claro, todo esto bajo la atenta mirada de un genio trás las cámaras.
Juan Rúas
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