Los malos dejan de serlo y pasan a ser el grupo de referencia de la pobre protagonista en eterna búsqueda. Hasta aquí el giro es curioso. Luego nos enteramos que ambos hermanos son adoptados y que pertenecen a ese pueblo fantasma en donde hace años se quemó un hospital de enfermos mentales. Hasta aquí, digamos que cierra, que tiene su lógica.

Pero... faltan elementos. ¿Porqué quemaron ese lugar? ¿Val Kilmer odia a los forasteros por tapar ese secreto? ¿El otro policía se precipita, sabía más que Kilmer sobre el paradero de su hermano?

¿El padre verdadero...que demonios tenía en contra de sus hijos? Menciona una historia difusa sobre la madre auténtica que no termina de entenderse.

La obsesión por hacer de ese pueblo un enorme enigma termina por dejarnos afuera de demasiadas cosas. En consecuencia la peli carece en demasía de datos necesarios que sustenten el modus operandi de todo ese pueblo. Resumiendo, que la obra quiere y busca, pero que adolece de una falta de información alarmante.