En su carácter de telefilm, y teniendo en cuenta lo delicado de su trama, Speak trata de evitar atmósferas densas y angustiantes; algo que se reserva para el tramo final de la peli. Previamente, los sentimientos expresados se matizan de diversas maneras para hacer más ameno su desarrollo. Esto que a simple vista parece un mero posicionamiento comercial, el de llegar a toda la familia durante un visionado de fin de semana, termina siendo un golazo al ángulo que dispara la peli a niveles increíbles.

Encarándolo desde la metafora del árbol que busca luz, o de la niña que busca hablar desde un entierro forzado, Speak va armando sus leyes siempre desde un camino positivo y esperanzador. Y si bien es una peli que duele cuando se la entiende desde aquello que tarda en mostrar, siempre abre ventanas para que el espectador pueda respirar. Hay comedia, sí, comedia. Hay tramos en donde se focaliza más el contexto que rodea a la protagonista, partiendo desde un acierto argumental: desviando la atención, tanto del espectador como de los estudiantes, en esa llamada de auxilio a la policía. La peli desplaza el porqué de tal decisión, se centra en retratar las reacciones del alumnado. Entonces todos parecemos comprender tanto a "Bella" como a sus compañeros.

No se quedan atrás los profesores: el autoritario; el artista (foco central en la evolución de la protagonista) y "la mujer-cabello": una profesora freak y acomplejada, aislada de todo lo que la rodea bajo un halo de miedo casi visceral. Cada uno de estos personajes despiertan en la prota algún sentimiento paralelo a lo que experimentó.
Describiendo toda esta fauna, Speak va armando un entorno en donde nada está de más. Todo tiene su razón de ser.

Es, finalmente, su naturaleza camaleónica para armar estados anímicos lo que la hace tan especial. Tan entrañable. Tan asombrosamente real.