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España España · Coruña
Voto de Lanegan:
5
7,1
657
Documental Compositor de canciones; poeta; ícono de la contracultura; y consumado seductor. Todo eso es el canadiense Leonard Cohen, un grande de la música desde que apareció en escena en 1967. Este documental le rinde homenaje. (FILMAFFINITY)
24 de junio de 2008
23 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bueno, por lo visto, a Leonard Cohen le falló su tesorero y se encontró, de pronto, en una situación económica complicada. Es por eso que resucitó su actividad (después de casi 10 años) sacando dos discos casi consecutivos y auspiciando varios homenajes. Este, en un principio el más importante, parece estar montado por la familia Wainwright (que por algo comparten origen con Cohen, ambos son de Montreal). Consiste en extractos de un concierto homenaje, declaraciones laudatorias de los músicos participantes y partes de una entrevista a Cohen salteadas con curiosas imágenes de archivo.
Los comentarios de los otros músicos son bastante insustanciales, con los típicos comentarios de admiración y alguna anécdota curiosa.
Las versiones musicales me decepcionaron mucho (y yo soy un total admirador de su música, lo pondría entre mis 5 músicos favoritos). Nick Cave (otro de mis favoritos, quizás por eso esperaba demasiado de sus versiones) decepciona con I’m Your Man, y hace una bonita versión de Suzanne (imposible afear esta canción). Pero para mi las mejores actuaciones son las de Martha Wainwright, con un The Traitor que pone la piel de gallina (vaya letra!!) y Anthony con If It Be Your Will (este tío es una bestia de interprete, cada vez que pilla un buena canción la lleva a otra dimensión, lo ha vuelto a hacer con Knockin' on Heaven's Door en la banda sonora de I’m Not There). Lo demás son actuaciones correctas, pero ninguna se acerca al impacto emocional de las originales. Mención especial para la lamentable aparición de U2, que, por supuesto, se aseguran una presencia muy especial, con Bono soltando estupideces y haciendo de acompañamiento final a Cohen en una versión de Tower of Son.
Resulta que lo mejor del documental son los comentarios de Cohen. Y es que como letrista o como entrevistado Leonard Cohen está a años luz de cualquier otro músico contemporáneo. Impresiona oírlo reflexionar con esa humildad y profundidad sobre cualquier cosa. Al final uno desearía que el documental fuese sólo una entrevista continua con el músico o, mejor aún, dan ganas de invitarlo a cenar y pasarse horas y horas escuchándolo contar anécdotas de su vida y divagar sobre el amor, dios y el fascismo.
Enorme, Leonard Cohen (se merece algo mejor).
Lanegan
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