La vida misma es el disfrute de las pequeñas cosas, la valoración de lo que se tiene, de lo que se pierde, de los caminos que elegimos
Esta película de Hernán Jimenez es una sorpresa, porque en nuestras carteleras latinoamericanas nunca nos llegará un largometraje costarricense (tampoco llegan del resto de la región, e hilando más fino, escasamente llega el cine independiente). Por lo que añado que no sólo es una sorpresa, sino una agradable sorpresa. Minimalista, una historia sencilla pero que llega al alma, exenta de sensiblerías innecesarias, apunta a reflexionar sobre la vida misma. Me encantó y seguro que iré a buscar (aunque sea en DVD) la segunda película de este joven director
Aunque parezca similar a otros largometrajes (la mexicana "Por la libre" por recordar alguna), la diferencia la marca el punto de inflexión que es tomar decisiones que cambian la perspectiva de nuestras historias biográficas. El foco está centrado en la nieta y el abuelo Gabo, sencillamente porque son dos actores de pulcra y meritoria actuación y de expresiones faciales tan deliciosamente expresivas que dicen mucho más que diálogos que estarían de más. Recomendable para aquellos que afirman que "el tiempo es oro" forzando la instrumentalización del tiempo como la necesidad de incrementar el capital financiero
Espero que la incipiente y por demás pequeña muestra de cine costarricense nos siga regalando estas pequeñas joyas para el disfrute del vecindario latinoamericano