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Voto de José Miguel:
8
Drama La banda del batería Johnny Cousin (Patrick McGoohan) necesita que la cantante de jazz Delia Lane (Marti Stevens) forme parte del grupo para que los contraten. Pero resulta que ella abandonó su carrera al casarse con Rex, un gran pianista (Paul Harris). En la fiesta de aniversario de la pareja, Cousin intenta despertar los celos de Rex para acabar con su matrimonio y recuperar a la cantante. (FILMAFFINITY)
15 de septiembre de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se nota la tradición teatral británica en Noche de pesadilla. De hecho la cinta es una obra de teatro en las que las cámaras, dirigidas por Basil Dearden, se sitúan en la platea con encuadres nada aventurados en la más pura escuela de la BBC y el peso de la obra recae sobre actores curtidos en los escenarios. Todos ellos hacen un gran trabajo. Patrick McGoohan, ayudado por un agradecido papel de malvado cínico del que el espectador es cómplice de su hipocresía, destaca en su interpretación.
La historia, desarrollada en un tiempo limitado, trata temas tan universales como la confianza, los celos, el amor, la ambición que explotan en una fiesta modernista donde actúan Dave Bubreck y Charles Mingus, con unas apariciones impagables e históricas.
La banda sonora es el fabuloso bebop, excepto dos temas cantados que bajan mucho el nivel de la selección de temas bebop. No hace falta ser un fanático de este estilo musical y me refiero al exclusivo bebop y no al jazz, acepción que ha perdido su sentido por la asociación a cualquier estilo para darle una pátina de intelectualidad que no esconde su superficialidad, como en un momento de la cinta afirma uno de los atormentados personajes que ese estilo musical solo gusta a músicos, adolescentes e intelectuales tirándole las palabras a un representante, como decía cualquiera puede deleitarse con el film sin ser un aficionado, adolescente, músico o intelectual.
Pasa desapercibido, en la abierta Europa, las relaciones personales de diversas culturas que recoge la película, algo irrelevante si pretendían provocar alguna reacción como al otro lado del Atlántico consiguió con Mira quien viene a cenar esta noche unos años después.
Atentos al gran final (y no desvelo nada) que consigue resumir con un solo redoble de batería todo el ambiente de tensión y sucia intriga de este Otelo moderno en la película.
José Miguel
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