Bette Davis. Genio y figura. La frase está sacada de su autobiografía "The lonely life". Tiene mucho mérito esta irrepetible actriz. Sin ser una mujer de gran belleza (como Vivien Leigh, Hedy Lamarr o Lauren Bacall) o de un físico espectacular (tipo Virginia Mayo o Sophia Loren), supo hacerse un hueco por su personalidad. Aquí tiene a todos los hombres del film a sus pies. Su vitalidad, su arrojo, y la fuerza de su interpretación son extraordinarias. Consiguió el Oscar a mejor actriz, aunque, según ella fue una compensación al no haberlo obtenido el año anterior por "Cautivo del deseo" (la ganadora había sido Claudette Colbert por “Sucedió una noche”). Su interpretación, en cualquier caso, es más que notable.

"Peligrosa" oscila entre el drama y el melodrama, con algún momento romántico. Narra la vida de una estrella de Broadway todavía joven, pero que ha caído en desgracia y lleva dos años sin trabajar. Hundida en la miseria, se encuentra sola, sufre de alcoholismo y lleva una vida denigrante. Víctima de sus males y quizá de su fortísimo carácter (ella lo achaca a que tiene gafe), es cortante, directa, sincera a pesar de todo, altiva y muy orgullosa. A pesar de llevar tiempo retirada, sus seguidores aún siguen recordándola con devoción.

Hay quien considera "Peligrosa" una película menor, aunque personalmente no creo que sea tan menor como se ha querido hacer ver. Es cierto que tiene bastante de folletinesca, con ascensos, caídas y recaídas, muy típico del delicioso cine de la Warner de los 30, pero el tratamiento de una peculiar estrella venida a menos, es bastante fidedigno, y aunque pueda parecer exagerado, es creíble (algo que ha pasado y seguirá pasando, ¿quién no recuerda a estrellas estrelladas como Marilyn Monroe o Whitney Huston?)

Ante todo, "Peligrosa" es un producto Warner en el que destaca, y de qué manera, Bette Davis, posiblemente la actriz con más genio y vitalidad de la historia de Hollywood (James Cagney sería su reflejo en el lado masculino).

James E. Green, un director no muy conocido que ya había trabajado con Bette el año anterior en “Housewife”, realiza un trabajo eficiente, al servicio del estudio y de la estrella. Los primeros minutos son de un ritmo endiablado, para ir centrándose poco a poco en la absorbente historia de Joyce Heath.

Toda la película es ella. Seguidores de Bette Davis, entre los que por supuesto me incluyo, no deben perdérsela.