Rara co-produccion búlgara-estadounidense con director español. Parte con buenas intenciones pero acaba con resultados discretos.

Siguiendo la estela de El día de los muertos del maestro Romero, la acción nos sitúa en un búnker militar en el que sobreviven un pequeño grupo de humanos ante la avalancha incontrolada de zombies. Una estudiante de medicina ( la atractiva Sophie Skelton) intenta obtener una vacuna ante la plaga de "podridos", como ellos llaman a los zombies. Para ello, requiere una investigación con uno de los infectados, Max, muy peligroso y obsesionado con ella.

El problema es que el guión no da para mucho, y este singular podrido, es poco creíble en el sentido de su "humanidad", que tampoco se explica demasiado bien. Obviando esto, la película cumple su función de entretener con una trama sencilla, donde corren los litros de sangre y vísceras, con buenos efectos visuales, a pesar de notarse su modesta producción.

La realización es correcta, con una puesta en escena que no se complica y una cámara más temblorosa de lo que debiera (que manía, nos perdemos parte de la acción), pero que es justo lo que se le pide.

Los personajes son bastante planos, pero la acción, que es lo importante, se deja ver y la duración es correcta, apenas hora y media.

En definitiva, otra peli de zombies de acción, con militares y muchos disparos, simple pero efectiva, de la que no se puede espera sino pasar un rato. No da para mucho más.