La nueva película de Judd Apatow, resulta ser una comedia llena de situaciones absurdas sobre la decadencia de la fama y el mundo de las estrellas. Que mejor momento para hablar sobre la industria del cine y su peor cara que justo en plena pandemia del Covid19.

Mas allá de que sea una sátira sobre la industria, es también una forma de recordarnos a todos como nos enfrentamos a una pandemia que nos cambió toda nuestra forma de vivir como estábamos acostumbrados.

En una comedia que tiene sus buenos momentos en especial en su primera mitad, para después de caer en sus ideas, dejando una sensación de menos dulce en la boca.

Un reparto que lo es todo

Si algo mantiene siempre activa a esta película, es su reparto plagado de grandes estrellas de la comedia y algunos que es un simple placer verlos desenvolverse de manera solida dentro del humor.

Karen Gillan y Pedro Pascal son quienes se roban el show con momentos realmente divertidos, a eso sumados por habituales de la comedia como Leslie Mann o Keegan-Michael Key que ya saben de entregar momentos divertidos y aquí tienen varios de esos momentos.

Su reparto es el gran plus para que The Bubble funcione en gran parte.

Se va quedando sin ideas

Sus 126 minutos terminan pasándole la cuenta a la película que se va quedando sin ideas para seguir ratificando su excelente premisa. A medida que nos acercamos a su final la película termina en una serie de gags que se sienten de relleno y que no terminan de convencer o de encajar dentro de la propuesta que ya nos venían entregando.

Podemos concluir que la película tiene una interesante primera parte y una segunda en donde termina siendo una típica comedia de situaciones sin mayor sentido.

Me quedo cuando logra hacer eco de su premisa y entregarnos la visión y la sátira al mundo de las estrellas y el cine, es ahí donde la película tiene su mayor logro y es donde más disfrutamos de ella.

Una propuesta interesante que merece ser vista y tener tus propias sensaciones de su resultado final.