Cierta comedia americana actual está especializada o centrada en los frikis o "loosers" (perdedores) por un lado tal vez esperando la identificación de una comunidad acomplejada y por otro porque siempre es aparentemente un buen terreno para mandar mensajes sobre lo positivo de la diferencia y lo bueno que hay escondido en las personas más recónditas ( pienso también en la inminente y ya sobrevalorada "Superbad" ). Al film de Odenkirk se entra con cierto miedo, el que producen sus dos protagonistas, actores semidesconocidos por aquí que parecen miembros de alguna secta perniciosa. Pero sorprendentemente el film no es tan desastroso como cabe imaginar ante cualquier material promocional que uno se eche a la cara. De entrada la historia tiene cuando menos rastros de originalidad, pasa eso sí por ciertos lugares comunes que la hieren sobre todo en el tramo final. Y en cambio tiene una gran escena cómica hacia el final que no desvelaremos y que tiene que ver con un avión, no diré más. Seguro que con el tiempo y una vez que olvidemos prontamente esta película vendrá a nuestra memoria ese momento y nos hará pensar 5 o 10 minutos en el título de aquel film. No es suficiente para construir una buena comedia pero al menos deja una huella.
Al final estos frikis, estos hermanos, siguen sin parecernos normales, cae alguna risa y aunque no osaremos recomendarla tampoco nos avergonzaremos de haberla visto.