El chino Shi-Zheng Chen afincado en Estados Unidos debuta en la realización de cine tras dedicar bastantes años al mundo de la ópera y del teatro. Si han leído el argumento probablemente construyan en su mente toda una primera hora bastante distinta a la mía que no sabía nada de la historia. Es decir, la diferencia estará entre contemplar el preámbulo de algo que va a suceder al final o contemplar el discurrir de este joven chino dedicado con talento a la cosmología y a la materia negra como una historia de superación y freno social. Todo esto puede ser una perugrollada que me viene a la mente tras contemplar el tan explícito capítulo argumentario que se da ya no aquí en Filmaffinity sino en todos lados no ya sobre su temática sino directamente sobre su final. Es decir, que me quedo más con conceptos más intermedios, más sobre la frustración, la envidia, la fragilidad del ser humano ante circunstancias de rechazo, sobre al abismo de la mente y del cosmos que se abre ante Liu Xing y que despierta en parte en el espectador. El desenlace casi es lo de menos, es una exageración, una hipérbole del mensaje que sujeta a su representación de hechos reales contribuye a esconder esos otros valores con los que me gustaría quedarme. Por lo demás ciertas limitaciones formales, indiferente estructura por capítulos, abuso insustancial de inapropiada música (buena por otra parte para escuchar en disco en casa tranquilamente), apreciable Meryl Streep y un film correcto, ameno y en parte reflexivo.