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Voto de maximiliano:
8
Terror. Intriga. Drama Guy Carrell vive con su hermana Kate en la gran mansión familiar. Después de averiguar que su padre pudo haber sido enterrado vivo, Guy vive dominado por la obsesión de que a él le pueda ocurrir lo mismo, es decir, teme ser víctima de la catalepsia. A pesar de ello, decide casarse con su prometida Emily, la cual, no pudiendo soportar la fobia de su marido, decide pedir ayuda a Miles Archer, un científico amigo suyo. (FILMAFFINITY)
16 de junio de 2011
20 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dentro del género cinematográfico del terror, se encuentra el subgénero del "terror Serie B" que hasta nuestros días nos entrega horribles películas tipo "Anaconda" (1997) y a veces películas tan malas que han llegado a ser de culto, como las películas de Ed Wood. Sin embargo, también éste subgénero a entregado piezas de verdadero arte cinematográfico; como algunas de las adaptaciones de cuentos góticos de terror de Edgar Allan Poe que realizó Roger Corman, entre las que destacan: "La caída de la casa Usher" (1960), "El péndulo de la muerte" (1961) y mi favorita "El entierro prematuro" (1962). Si bien Corman adapta el cuento de Poe de una manera más que libre y sólo toma la idea central del cuento: la sugestiva y terrorífica idea de ser enterrado vivo; logra lo más importante, que es capturar la atmósfera enrarecida y malsana presente en los los mejores cuentos de Poe. Con una puesta en escena absorbente: oscura, gris y a la vez colorida; con esa niebla siempre presente que le da el tono de pesadilla al relato. El director logra la complicidad del espectador, para que se tome en serio lo que se esta contando, por muy ingenua que pueda resultar alguna escena. Todo esto con un presupuesto bajísimo (incluso utilizando uno que otro plano de otra de sus películas) y filmando íntegramente en decorados de estudios.
Sin duda la magia de la película, además de la puesta en escena y la habilidad narrativa de Corman, se debe a la actuación del gran actor británico Ray Milland, quién deslumbró con sus actuaciones en películas como "Días sin huellas" de Wilder (1945) y "Crimen perfecto" de Hitchcock (1954). Resulta un tanto singular ver a un actor "Serie A" en una película "Serie B", pero sin duda se agradece; ya que Vincent Price (el actor habitúal del director) con su tendencia a la afectación, no habría rendido tan bien como el atormentado Guy Carrell, como lo hizo Milland (sigo en "spoiler").
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
maximiliano
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