Hay que estar al loro con los nombres, algunos los dicen sólo una vez y nadie se llama Pepe ni Manolo, evidentemente esto no es una razón a tener en cuenta para dar una nota pero es una pena que una película se te eche a perder sólo porque peles una pipa en el momento equivocado; ésto pocas veces se tiene en cuenta pero alguien tendría que decirle a los guionistas que su coecifiente intelectual es el que es y ni una décima más ni menos por mucho que intenten complicarle la existencia al espectador, no hace falta ser listo para eso pero parece que todavía no se han enterado, como tampoco se han enterado de que a nadie salvo a ellos y, posiblemente a su madre, le importa qué coecifiente intelectual tienen. Aparte de esta pequeña observación, la película la he tenido que apagar por cuestiones de aburrimiento a pesar de que lo he hecho justo cuando se estaba esclareciendo el enigma que te mantenía en teoría enganchado a la pantalla, y con ésto lo digo todo y no digo nada....