Las relaciones, más o menos sexuales, entre los alumnos infantiles o adolescentes de los colegios internos, es algo que siempre se ha producido y sobre lo que se ha escrito mucho. La atracción que producen los alumnos en algunos profesores, y en especial religiosos, es algo también contado con profusión o simplemente indicado, y últimamente puesto en voz pública, pues parece que la iglesia ya no quiere seguir ocultando estas situaciones. De todo ello trata esta película que no se atreve a profundizar en los sentimientos sexuales de los adultos y además se mete en disquisiciones filosóficas que dejan al espectador perplejo y con la necesidad de analizar detalladamente los diálogos, cosa que no se puede hacer en cine, para poder entender bien lo que ocurre. Lo mejor es sin duda las interpretaciones de los dos niños, de lo que se aprovecha la interpretación del sacerdote que luce cuando está frente a esos niños. La ambientación es así mismo muy buena, en referencia a los días anteriores a la segunda guerra mundial en Francia, aunque ese tema de la situación prebélica apenas se trata y se centra más en lo religioso y las relaciones humanas.