Hermosa película que relaciona la situación de desempleo, rechazo al trabajador, con el rechazo entre homosexuales. Las causas del paro parece que se conocen en general, pero las causas del rechazo de un homosexual a otro no siempre está claro, es, a veces, inexplicable. La película arranca con una localización de la historia en un ambiente industrial en descomposición, en una fábrica que es desmantelada, que va a vender su última maquinaria útil y de la que los obreros se van llevando los restos. Las grandes naves de ladrillo color rojizo y los restos de maquinaria oxidada constituyen un escenario con una luz y un color que aporta elementos muy valiosos para una buena fotografía que aquí encontramos abundantemente. Pero el tener un buen espacio fotografiado, a muchos espectadores no les parecerá adecuado para que entre un personaje por una parte y este mucho tiempo recorriéndolo para llegar a un final de plano que no aporta demasiado a la historia. Pero a mi sí, porque me permite reflexionar sobre lo ocurrido y lo que pueda ocurrir. El guión, muy bueno, podría haberse realizado en la mitad de tiempo, pero ya sabemos como es el cine francés cuando se pone trascendente. A quien le guste, como a mi, Alain Resnais, encontrará una planificación muy parecida a “El año pasado en Marienbad” salvando la distancia entre la historia y la ambientación. Que los personajes homosexuales sean gente con cuerpos nada espectaculares, a los que se les muestra desnudos sin concesión al erotismo, sino a la relación personal, es algo que también se le puede agradecer al director.