En frases del propio protagonista “hay un mundo que trata de cambiarte, de hacerte creer lo que no es” y entiendo que es ese el tema de fondo de la película, todo lo que gira alrededor de un caso tan simple como el querer asistir como pareja gay al baile de promoción de un colegio católico. Aparece, como es lógico, una crítica a la homofobia de la iglesia católica, pero además todos los grupos que se suman a la causa de Marc Hall, que recordemos solo quiere asistir al baile con su pareja, todos esos grupos esperan sacar algún provecho de este caso. Es criticada la forma de comportarse tanto de grupos reivindicativos gay como sindicatos y abogados. Pero no solo hay una crítica a los colectivos, sino también a los individuos, a aquellas personas que tienen buenas palabras en lo privado, pero cuando se trata de un apoyo público a un homosexual actúan de forma diferente. La película se nota que está realizada para ser exhibida en la pequeña pantalla, y para un público que necesita que los protagonistas vayan contando lo que ocurre y lo que sienten, utilizando palabras que van paralelas, al menos no están por encima, de las imágenes. Todos los actores están bien en su interpretación y por supuesto destaca nuestro protagonista que con su cara angelical va atrayendo al espectador a su causa.