El guión es interesante pero algo complejo, pues partiendo de un cambio en los sentimientos de un homosexual a partir de una pastilla, vemos como va cambiando el mundo sobre el que tenía montada su vida. El director intenta sacar adelante la película buscando encuadres curiosos que atraigan al espectador. Es de agradecer que no se limite únicamente a colocar la cámara a la altura de los actores y dejar que estos se muevan sin dirección porque la verdad, sabe dirigir una película controlando todos los elementos, actores, fotografía, luz, música, etc. Es una lástima que no se haya invertido más dinero en la producción pues con ello el director podría haber rectificado algunas cosas y trabajar menos ajustado, con más libertad. Con todo lo que tiene la película de aficionado hay algo de interés artístico que la hace atractiva. Y hay un tema, con la excusa de la pastilla, que afecta a todo el mundo ¿A quien vamos a querer si no nos queremos a nosotros mismos?