Desde casi al principio el final es predecible, con lo que el interés del espectador, no solo decae, sino que casi desaparece. Estoy hablando de lo que me ocurrió a mí. Entonces la directora, sabiendo que no hay intriga en su historia, se dedica a filosofar sobre la vida con frases de gran carga psicológica. Por aislado, porque en conjunto producen tedio y no tienen ningún interés narrativo. Especiales son los pensamientos dedicados al género masculino. La interpretación es mala con avaricia, y solo la doctora sabe dar algo de sentido a su personaje y una prueba de esa mala interpretación y de la dirección de actores es que se pasan todo el tiempo bebiendo, con una copa en las manos, o fumando, con un cigarrillo entre os dedos. Así es como actúan los malos actores que no saben que hacer con su cuerpo. Perdonen que me ponga tan negativo, pero creo que una crítica debe alertar suficientemente a los futuros espectadores ante la posibilidad de perder el tiempo. Es una pena que la reunión de escritoras sea en unas cabañas situadas en un área natural en principio interesante y que después toda la película se desarrolle en interiores, salvo el plano final que, ¡ojo!, aparece después de los títulos de crédito. Mal situados por cierto, ya que nunca sabes en la cabaña que estás o en que habitación o sala de la cabaña. El bar donde se reúnen ¿está cerca o lejos? Detalles de poca importancia pero que entorpecen la continuidad de toda historia. Para colmo, tiene varias escenas eróticas que de repente se cortan y deja al espectador con dos palmos de narices, pero para contentarle sí desarrollará una de ellas.