Últimamente las películas israelíes sobre el tema de la homosexualidad son muy sensibles a los sentimientos, más que a las relaciones físicas, y de alguna manera a uno le hacen recordar que su religión está basada en el Antiguo Testamento, La Torá, donde la forma y la apariencia es lo que importa. Eytan Fox insiste en la temática de la que fue su primera película y busca una continuidad en el personaje de Yossi, pero no logra transmitirnos de la misma manera aquellos sentimientos del oficial israelí. La película tiene varios momentos eróticos pero predominan más aquellos momentos en los que se subraya la sensibilidad de Yossi, nuestro protagonista, que su apetencia sexual, aunque también hay que decirlo, Ohad Knoller (Yossi) está mucho más inexpresivo y demasiado incomunicado con el espectador, muy al contrario que con su magnífica sonrisa en “La burbuja”. Parece como si le cansara interpretar otra vez ese personaje. Y sigue Eytan Fox haciendo que la cámara tenga un protagonismo especial, pero al contrario que otros muchos directores, Buñuel por ejemplo, Eytan Fox hace notar demasiado la cámara, y para indicar acción está bien, pero para la sensibilidad de esta película habría que ser más comedidos en los movimientos. Después de lo mucho que me gustó “Yossi & Jagger” tenía esperanzas de toparme con una continuación mejorada de aquella historia que podría acercarse a la obra maestra, pero mi interés se fue abajo a medida que pasaba el tiempo de película.