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España España · Castelló
Voto de DJ_Theo:
5
Drama Roberto Orbea, que había sido militante clandestino de un partido de izquierdas durante el franquismo, es elegido diputado en las elecciones de 1977. En el momento más importante de su carrera, cuando está a punto de ser nombrado Secretario General de su partido, es víctima del chantaje de un grupo de extrema derecha que amenaza con airear su homosexualidad. (FILMAFFINITY)
30 de abril de 2010
18 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
El período histórico comprendido entre 1975 y 1980 fue fecundo en películas marcadamente ideológicas que, si bien no superan un análisis cinematográfico, suponen una excelente visión de los cambios vividos en España durante aquella época. Mucho se ha hablado tiempo después de la legalización del PCE, de las bandas de extrema derecha, de la "traición" de la izquierda a la República... Todo esto se recoge en películas como El Diputado (de izquierdas) o Hijos de Papá (de derechas) En ambas, por cierto, se habla del tema de la homosexualidad, dando base a la posterior aceptación social de tal condición sexual.

Resulta impresionante, si no vista como película, sí como documento un relato en el que se habla de la legalización del comunismo poco después de producirse este hecho, o del debate constitucional mientras éste se daba en el Congreso. La inocencia de una izquieda recién resurgida tras cuarenta años de dictadura es por otro lado aspecto a tener en cuenta: hoy resultaría ridículo ver un partido clamando por la justicia social, después de 35 años de régimen constitucional y la inocencia de aquella época perdida... Pero aun así es significativo de lo que somos, de lo que pudimos ser como país y de lo que aún podemos llegar a ser, si superamos problemas como los que encaró aquella generación.

La homosexualidad, tema principal del filme, es otro aspecto documental a tener en cuenta. Llama la atención que esta condición de Roberto Orbea, protagonista, pudiera ser causa de descrédito y aun de dimisión para un político. Pero así era, y está bien que se muestre como tal en la película, de tal manera que sepamos lo difícil que resultaba para los homosexuales simplemente vivir, condenados a la sordidez de los urinarios públicos, a la soledad o, peor aún, a convivir con una persona del sexo contrario.

Por mostrar todo esto y suponer un reflejo de esta época pasada, tanto El Diputado como las demás películas, de derechas e izquierdas, son importantes para nuestro país, por cuanto documento relatado suponen. Gracias a gente como Eloy de la Iglesia y Pepe Sacristán por haber sido tan valientes.

A destacar las intervenciones de Juan Antonio Bardem y de Ángel Pardo, en su primer trabajo como actor.
DJ_Theo
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