Recuerdo ver ésta película en el cine y me quedé perplejo, enamorado de lo que estaba viendo... Venía de leerme el libro, el cual me pareció un tostón de tomo y lomo, (más que un libro de aventuras parecía una exégesis sobre la obra de Alejándro Dumas y bien es cierto que por aquella época mi mente no estaba preparada para asimilar esa vorágine de información, que a la larga y con la experiencia que te dan los años, te demuestra que era una forma del autor de engordar una historia que no necesitaba tanta verborrea)

La película tiene un aire irregular, no es que resulte ser una genialidad, pero tiene algo que la hace destacar: su ambientación. A lo largo de la historia, nos sumergimos en una búsqueda a lo Sherlock Holmes con ese antihéroe, Dean Corso, perfectamente interpretado por Johnny Deep que se ve envuelto en las situaciones más rocambolescas y sobrenaturales que cabría imaginar.

Las diferentes localizaciones, con tiendas viejas pero con un aura de misterio, mansiones imponentes y personajes ambiguos. Todo está cuidado y le da un aire sobrenatural. Con especial mención a Toledo, que sale genial.

En cuanto a la historia, si bien es algo irregular e inconexa, (el libro también lo era) en ningún momento llegas a aburrirte, aunque si es cierto que se echa de menos una mayor cohesión entre los personajes y la historia que se pretende contar.

Mención especial para Frank Langela, que da un inquietante toque a su personaje y te recuerda en cierto sentido, a su mítico Skeletor. Con frases muy ingeniosas y propósitos aun más oscuros.

En resumen: una gran peli de aventuras, con toque sobrenatural y la dirección siempre solvente de Roman Polanski. Con el libreto que tenían entre manos, no se podía sacar más. Pero es de agradecer ese esfuerzo continuado por dar ritmo a un historia muy densa, (la del libro) y las imponentes e hipnóticas localizaciones cuya belleza contrasta con el toque oscuro y tenebroso de Polanski. Todo muy elegante.