Cuando vi que Netflix tenía una nueva historia de true crime, le di al play casi sin mirar. Menuda sorpresa al descubrir que este caso estaba ambientado en West Cork.

Viví un año a media hora de Schull, donde transcurre la historia, y no había escuchado nada sobre este crimen. Lo que sí me resulta familiar es el paisaje y sobre todo el carácter de la gente local, puesto que gran parte de los personajes puedes encontrarlos en cualquier pueblo de la zona (gente muy reservada, dueños de pubs que son fundamentales en la comunidad, gente excéntrica y personas de buen corazón). El documental refleja bastante bien este aspecto, pero en cambio se queda coto a la hora de hablar un poco más de Sophie y de su vida en tierras irlandesas.

Puesto que es más corto de lo habitual (se puede ver en una tarde) y solo por conocer la historia y encontrarte con sus personajes, merece la pena.