¿Cómo se le ocurría a alguien intentar competir con las grandes producciones americanas/ japonesas de animación?
¿Cómo pueden seguir llevando la cabeza alta estos directores, que perpetraron un camino que les estaba prohibido, sólo abierto para grandes hombres y mentes preclaras que nos deleitan con grandes obras maestras, caras, carísimas...pero obras maestras?
¿Cómo permite nuestro señor Jesucristo y la santa Iglesia católica (apostólica, romana) este pecado contra el cine y esta ofensa directa contra el honor de los grandes estudios de animación como el Studio Ghibli o Pixar Animation Studios?
Pues yo creo, dentro de mi humilde opinión, descarriada seguro del camino de la verdad, que lo hicieron por qué tenían algo que contar. Por demostrar que lo importante de los dibujos animados siguen siendo los guiones, la formación o mejor dicho, la invitación para los más pequeños (verdaderos consumidores de este tipo de películas) para la reflexión sobre un buen puñado de buenos valores tales como la igualdad respecto al choque de civilizaciones, el peligro de las estructuras dictatoriales y la autocracia, la interculturalidad más allá de la simple (e hipócrita) multiculturalidad.
La película está francamente bien, bromas graciosas (sin grandes gags, lo reconozco, pero con un tomo ácido y socarrón que dura de principio a fin), unos personajes entrañables, sobre todo la vieja paloma Chung-I Fly, y el ratón neurótico Paulov (los nombres no están elegidos al azar).
La crítica histórico-social es palpable, y no diré que la misma sea muy brillante, es más, pienso que en algunas ocasiones es demasiado directa, perros skin-heads, cucarachas comunistas, patronos xenófobos...Si bien un servidor piensa que está bien que no se les trate a los niños como si fuesen ajenos al mundo real, y tan estúpidos como para no poder comprender estos conceptos claros y básicos.
Y no sé, la película no me hizo reír como algunas superproducciones de animación, a las que a lo mejor estamos más acostumbrados, pero si me gustó y me divirtió más que muchas, sobre todo por no presentar la vacuidad de algunos films como Los Increibles, Antz, Cars, Mulan... o el egocentrismo repleto de nada y la ñoñería de muchas otras películas del género cómo Mi Vecino Totoro, la saga interminable de: En Busca del Valle Encantado, o las aventuras del ratoncito Fievel.
No estamos ante La Tumba de las Luciérnagas (Isao Takahata), ni ante Cuando el Viento Sopla (Jimmy T. Murakami), ni mucho menos ante Alice (Jan Svankmajer) o Fritz the Cat (Ralph Bakshi), estamos ante una película para niños, concebida no sólo para entretener, si no también para formar en unos primeros valores básicos, pero la peli entretiene, y hace mucha gracia xD. No tiene desperdicio, y puede considerarse bastante potable, si no se compara con las GRANDES OBRAS del género. El camino de la animación española está comenzando a construirse, y esta es una piedra angular del mismo.