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Voto de aiax_74:
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Drama
Violenta historia de culpa, sexo y poder. Marcos, un chofer mestizo que trabaja para un general, secuestra con la ayuda de su mujer a un sobrino del militar, pero el bebé muere de forma accidental. Marcos, más frágil de lo que creía, empieza a derrumbarse y acaba confesando lo que ha hecho a Ana, la hija de su jefe, una chica que se prostituye por placer.
4 de enero de 2006
43 de 67 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin duda alguna -y dicho sea con todo respeto para el director-, esta es la PEOR PELÍCULA que he visto; nada, absolutamente nada de lo observado por mí en toda mi vida supera en inmundicia a esta película.
Se trata esta película de un vehículo producido casi expresamente para satisfacer el voyeurismo europeo que siempre busca con ansia retratar en países tercermundistas -como México- las desviaciones y perversiones visuales y conceptuales que no siempre pueden llevar a cabo en su continente -que últimamente deviene un tanto avejentado y repetitivo en lo conceptual-.
No sé qué es lo peor de toda la cinta: si los planos demoledoramente abúlicos, la narrativa artrítica que pretende pasar por "poesía visual" -aunque parezca como si un octagenario pretendiera escalar de un solo golpe el Monte Everest-, el afán barato de crear polémica a costa de la inconsistencia, ya no digamos argumental, sino visual... Etcétera, etcétera.
En resumen: un intento de ínfima categoría por retratar una especie de hiper-realismo, con sazones ultranaturalistas -quizá para la complacencia de algunos públicos europeos ávidos de salir de la monotonía en que han caído últimamente-, ese extraño y mitológico zoódromo en que se ha convertido la sociedad chilanga.
Muy a mi pesar, tal visión del centro de México es compartida por algunos sectores sociales de por acá -como el regiomontano- que viven en el ostracismo que les brinda la autosuficiencia de saberse "modernos", viviendo entre cerros -que a veces parecen de hipocresía y castración-.
Sólo Dios sabe el esfuerzo que tuve qué hacer, anoche, para no embriagarme después de ver esta... cosa.
Lamentablemente, las imágenes y sonidos que de ahí vi, jamás saldrán de mi memoria, y vagarán por mi cabeza como judíos errantes por toda la eternidad.
Gracias
Se trata esta película de un vehículo producido casi expresamente para satisfacer el voyeurismo europeo que siempre busca con ansia retratar en países tercermundistas -como México- las desviaciones y perversiones visuales y conceptuales que no siempre pueden llevar a cabo en su continente -que últimamente deviene un tanto avejentado y repetitivo en lo conceptual-.
No sé qué es lo peor de toda la cinta: si los planos demoledoramente abúlicos, la narrativa artrítica que pretende pasar por "poesía visual" -aunque parezca como si un octagenario pretendiera escalar de un solo golpe el Monte Everest-, el afán barato de crear polémica a costa de la inconsistencia, ya no digamos argumental, sino visual... Etcétera, etcétera.
En resumen: un intento de ínfima categoría por retratar una especie de hiper-realismo, con sazones ultranaturalistas -quizá para la complacencia de algunos públicos europeos ávidos de salir de la monotonía en que han caído últimamente-, ese extraño y mitológico zoódromo en que se ha convertido la sociedad chilanga.
Muy a mi pesar, tal visión del centro de México es compartida por algunos sectores sociales de por acá -como el regiomontano- que viven en el ostracismo que les brinda la autosuficiencia de saberse "modernos", viviendo entre cerros -que a veces parecen de hipocresía y castración-.
Sólo Dios sabe el esfuerzo que tuve qué hacer, anoche, para no embriagarme después de ver esta... cosa.
Lamentablemente, las imágenes y sonidos que de ahí vi, jamás saldrán de mi memoria, y vagarán por mi cabeza como judíos errantes por toda la eternidad.
Gracias