Más de lo mismo, aquí con la incorporación de un divertido y otoñal Danny Glover que convierte esta secuela de “Un tipo duro” en una suerte de arma letal geriátrica donde los jóvenes son demasiado tontos y los ancianos demasiado hábiles. Aunque claro, esto es ficción, una ficción descerebrada y divertida que hará las delicias de los fans de Danny Trejo (si es que los tiene) o de aquellos abuelos que duermen con un machete bajo la almohada. No es una mala película pero tampoco emociona ni interesa más allá de un par de escenas conseguidas. ¿Recomendable? Supongo que no, no tiene nada que la diferencia de cualquier serie B de los 80s pero al menos aquí tenemos buenos actores que no se toman en serio a sí mismos. Algo es algo.