“Small Apartments” (aquí rebautizada con el vergonzoso título de “mi vecino el asesino”) es una de esas películas que, desde el primer fotograma, amas o odias. Y la mayoría la odiaran porque tiene todos los números para ser odiada: es lenta, es pesimista, es diferente a todo cuanto hemos visto antes y se asemeja más a una tontería de magnas proporciones que a lo que el cine debería ser. A pesar de eso, reconozco que me ha gustado más de lo que esperaba, quizás porque soy fan de esa serie de culto que es ”Little Britain” y de su creador Matt Lucas, que aquí interpreta al inclasificable protagonista con una sinceridad tal que asusta. Pero sigo diciendo que recomendaría “Mi vecino el asesino” ni a mi peor enemigo y a pesar de ello la defiendo por su increíble capacidad de entretener desde los abismos del pesimismo más sucio. Dadle una oportunidad, a pesar de ser inclasificable, burda, estúpida y considerablemente equivoca. Pero todo eso puede convertirla en una joya. Y además aparece Billy Cristal bordando el melancólico personaje de ese inspector de incendios que es el único cuerdo en un país de locos. Porque eso es lo que pretende explica “Mi vecino el asesino”, que lo mas deprimente de nuestra sociedad puede juntarse en un pequeño bloque de apartamentos (con desastrosas consecuencias) y, sobre todo, que todos necesitamos a alguien que nos guíe por el camino, aunque sea un camino lleno de piedras. Y a pesar de que “Mi vecino el asesino” me parece una pequeña joya, sigo sin recomendarla.