"7500" es la tópica película de terror que comienza de manera prometedora, se desarrolla de manera pobre y finaliza de manera infantil, dejando un extraño sabor en la boca de quien esperaba mucho mas de este pseudotelefilme que tiene cientos de defectos y escasas virtudes. Es difícil entender como un director tan dotado para el horror como es Takashi Shimizu ("La Maldición", "El grito"), pueda conseguir una película con todos los elementos para dar buenos sustos al espectador (fantasmas en un vuelo comercial) y, en cambio, se limita a cuatro trucos de película barata de los 80s que nos provoca cuatro saltitos en la butaca pero nada mas. Algo falla, porque la idea, como concepto, es buena y el comienzo es prometedor. Bueno, pues lo que pasa es que nos han servido un excelente plato minimalista con sabor a comida barata de bar de carretera. Ninguno de los elementos de "7500" se aprovechan como deben (y eso que hay muchos) y Shimizu se limita a desaprovechar estos elementos terroríficos (puestos ahí, precisamente para eso) para servirnos una historia que se aleja de lo que esperamos en tanto en cuanto ni da miedo ni tampoco lo pretende. Es de esas películas con trampa final que teóricamente debe dejar boquiabierto al espectador. Conmigo lo consiguió pues, en efecto, tenía la boca abierta del enésimo bostezo que me estaba regalando. Si os gustan las películas de horror asiático (que es lo que es "7500" aunque disfrazada), esta no es vuestra película. Si os gusta la tensión psicológica, mejor probad a hacer una declaración de la renta que os salga a devolver. Porque esta película de terror que apenas tiene un 1% de tensión en su metraje, es una película fallida por todos los lados (a excepción quizás de su arranque). Lo bueno es que dura poco mas de 70 minutos. Menos mal...