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Costa Rica Costa Rica · Guápiles
Voto de 10P24H:
8
Drama En 1909, María Candelaria y Lorenzo Rafael, una pareja de humildes campesinos de Xochimilco, desean casarse a pesar de que las circunstancias son totalmente adversas. La gente del pueblo es hostil a María Candelaria por ser hija de una prostituta, y la pareja se enfrenta a la avaricia del tendero don Damián. Un día María Candelaria enferma de paludismo... (FILMAFFINITY)
23 de junio de 2019
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Un maestro pintor (Alberto Galán) le cuenta a una joven periodista (Beatriz Ramos) -que está escribiendo su biografía-, la historia de su cuadro más misterioso, el de una joven indígena, que según sus propias palabras fue causa de una tragedia. Así, el filme se traslada al año 1909, en la localidad de Xochimilco, donde aparece la protagonista de la trama y de aquel cuadro, María Candelaria (Dolores del Río), hermosa nativa que vive en una chinampa donde produce flores, vive a la espera de casarse con Lorenzo Rafael (Pedro Armendáriz).

Sin embargo la vida para esta pareja es todo un martirio, viven marginados, alejados del pueblo debido a que ella siempre ha sido señalada por ser la hija de una prostituta, motivo suficiente para ser rechazada por sus pares. Una deuda impagable a uno de los referentes del poblado y con mayor potencial económico, será el detonante de una serie de tragedias que se sucederán una tras otra.

Es curiosa la estructura lineal que da el director, que también es guionista junto a Mauricio Magdaleno, ya que aborda la historia desde el punto de vista de un personaje ajeno a ese mundo indígena, pero que se mezcla a la perfección con el relato y es el detonante -sin intención- de la mayor desgracia. Película mexicana imprescindible, dramática en exceso a tal punto que convierte a su protagonista en una mártir, prejuiciada por sus pares, perseguida tal cual fuera un miserable animal salvaje y enjuiciada vilmente.

El filme es parte de la época más grande del cine mexicano, un momento lleno de íconos y obras grandes que se antojan muy lejanos e imposibles de alcanzar nuevamente, al menos con ese portento clásico de íconos, temas e impacto cultural en México. Uno de los personajes más reconocidos de este momento histórico es el director de fotografía Gabriel Figueroa, aquí Figueroa se luce en un lugar complicado: múltiples canales, botes, poca luz, maravilloso, y de hecho el clímax sobre el final es de un impacto visual deslumbrante.

Para el “Indio” Fernández es sin duda uno de sus trabajos más reconocidos, donde aborda y consolida el tema indigenista y del México rural tan propio de su filmografía. Durante casi medio siglo este largometraje fue la única película mexicana en ganar el máximo premio en alguno de los cuatro grandes festivales de cine (Berlín, Cannes, San Sebastián y Venecia), en aquel primer año de Cannes donde se premiaron 11 obras con el Grand Prix. Este dato único se quebró en 1993 cuando Arturo Ripstein ganara la Concha de oro por Principio y fin.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
10P24H
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