Película ambientada en la Polonia comunista durante los años setentas y ochentas, centrada en la figura de Lech Walesa (Robert Wieckiewicz), un electricista que comenzó a moverse en los sindicatos para luchar contra la opresión en contra de los obreros y por mejores condiciones de vida en el contexto en que se desarrolla.

Vamos a ver, creo que lo que desea contar Wajda es totalmente válido y en general lo hace bien, es decir, contar la historia de este hombre tan reconocido y de tanta importancia para su país está bien, lo que pasa es que el film no es lo suficientemente serio, pero tampoco muy liviano.

Lo que sucede y lo que entorpece el relato es que primero, la ambientación es lamentable, cuesta trabajo creerse que estamos en la época que intenta relatar. Segundo la música no encaja con el film, es en polaco y si bien lo único que se decir en ese idioma es Krzysztof Kieslowki, simplemente se siente abrupta y chocante, sin importar que uno no entienda la letra.

Tercer problema aunque no tan incómodo, son las secuencias en blanco y negro que se meten en el relato, nunca entendí cuál era el sentido. Cuarto el film se alarga en demasía, hay un momento en que se torna repetitivo. Por último, un final lamentable e innecesario, que se muestra muy chupa medias con los Estados Unidos.

Las actuaciones están muy bien, Wieckiewicz encarna apasionadamente a este hombre, por la forma en que está hecho el film se logra dilucidar mucho de su pensamiento y de su accionar, además de su entorno familiar. Un film con buenas intenciones pero muy mal realizado.