Película colectiva compuesta por seis historias dirigidas por seis realizadores centroamericanos que la ambientan en cada uno de sus países, estas se desarrollan luego de una tormenta solar que hace que se vaya la luz y que fallen los implementos electrónicos durante varios días, por lo tanto, la población deberá hacer frente a las dificultades propias de un evento de dicha índole.

Sin embargo, más que el caos global que en algún momento se menciona, la idea de los guionistas, Mauro Borges y Enrique Pérez, es ofrecer historias de un gran sentido humano, donde se abordan temáticas que sobrepasan las fronteras ya que el retrato hecho es trasladable a cualquier otro de los países de la región, entre ellas la incomunicación, la diferencia de clases, el amor o el fanatismo religioso.

La estructura coral del largometraje hace que el trabajo de edición deba ser muy pulido, para intentar darle presencia a cada una de las historias y que -hasta donde sea posible- ninguna alcance más notoriedad que otras, este trabajo que termina siendo bastante bueno recae en los argentinos César Custodio y Florencia Tissera

Es una forma de presentar la película más arriesgada, sí se compara por ejemplo con únicamente montar cada tramo como si fuera un cortometraje y presentarlos uno tras otro, pero es totalmente consecuente con la idea orgánica del filme, que a fin de cuentas se desarrolla en un momento en particular que se está dando en la región en un momento dado.

Como siempre sucede en este tipo de trabajos hay historias con menor interés que otras, especialmente flaquean los tramos de Honduras y Guatemala, además de algunas actuaciones un tanto acartonadas. Sin embargo, en su conjunto el filme es un esfuerzo bastante efectivo y satisfactorio, cumple con entretener con historias sencillas con relevancia humana.