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Voto de Peter Gabriel 77:
3
Drama. Intriga Silvie Rousseau (Sandrine Bonnaire), una investigadora que busca una terapia contra el cáncer, descubre, gracias a su hermano, que su padre no murió en un accidente, sino que fue víctima de un asesinato presuntamente cometido por Walser (Jerzy Radziwilowicz), el hombre que heredó la dirección de la empresa de sistemas de defensa que dirigía su progenitor. Para evitar la determinación vengadora de su hermano, Sylvie se lanza ella misma, ... [+]
5 de abril de 2010
14 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
La madre que me parió, qué película más odiosa. Uno está acostumbrado a que los franceses, en algunas de sus películas, se comporten de manera alienante y absurda , o tengan diálogos ridículos o vivan vidas aparentemente aburridas y desesperantes. Uno acepta de forma tácita este tipo de desvaríos por que en ocasiones son meros apuntes y después de todo acaba por merecer la pena, pero la verdad es que es verdaderamente duro separar el trigo de la paja, estoy seguro de que aficiones tan malsanas como éstas pueden acabar por empujar a pensar en puentes, sogas y llaves de gas, pero soy un valiente. Y lo pago, en ocasiones como ésta realmente lo pago de veras. De verdad que no hay palabras para describir una trama tan absurda, unas secuencias tan abominables, la consternación de unos actores defendiendo unos textos tan delirantes. Destriparía la trama (ajajajajaj) a base de bien para cantarnos unos chotis todos juntos pero seré prudente y no lo haré, señores, por que parece ser que ésta es un gran película, y el tal Rivette, el autor de la barbarie, un autor de talento reconocido. Puedo entender que por allí algo así cause sensación, hablamos del país que engendró a Godard, crimen impune por el cual siguen de rositas, pero que aquí también se aplaudan bostezos psicotrópicos como este disfrazándolos de cine de autor es algo que me descoloca por completo. Hay gente que habla de ella como un cruce entre Hitchcock, Lang y Electra... Madre mía, qué manera de pimplar. De verdad que no entiendo nada. Y encima Rivette cree necesario hacernos pasar por casi tres horas de película para que uno pueda constatar lo enervante de su propuesta en toda su amplitud. Y yo, incapaz de dejar una película a medias, a pesar de que a los veinte minutos no paraba de resonar en mi cabeza "la has vuelto a cagar, la has vuelto a cagar", he sufrido como un cerdo maldiciendo a las paredes. Pero hay que reconocer que el final tiene cierta gracia, el tipo verdaderamente redondea una idea, el tipo realmente tenía una intención, esto era realmente una película. Sigo vivo. Y así hasta la siguiente hostia. Quien me entienda que me explique.
Peter Gabriel 77
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