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Voto de euroconsultor:
5
9 de agosto de 2016
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me encanta Donald Sutherland en ese papel que borda y tantas veces repite... el papel de profesional de lo que sea con un punto de depravación. Que cumple con su trabajo pero al que se escapa en algunos momentos su vena de pícaro degenerado, tan bien expresada con esa sonrisa malévola y esos ojos saltones.
Aquí encontramos una película más siguiendo ese rol, en este caso como inspector de compañía de seguros persiguiendo ladrones de joyas. La película se deja ver media hora, en la presentación de los personajes y poco más, porque se ve que es una idea estirada. Solo pasan cinco cosas, que podrían contarse perfectamente en un episodio de Kojak de 45 minutos, pero cambiamos al policía por el detective para justificar mejor sus excesos, y los 45 minutos los llevamos a 90 a costa de prolongar las escenas, aunque no ocurra nada en ellas. Si una escena conduciendo duraba un minuto, pues le ponemos dos a costa de fumarse un cigarro el actor.
La película empieza bien, parece amena, se presentan los personajes adecuadamente y piensas que estás ante otra gran actuación de ese actorazo que es Donald Sutherland, y hasta te emocionas cuando llega Robert Duvall, siempre correcto, en su papel de policía vigilante del detective que le advierte de que no sobrepase los límites. ¡Una película de los setenta que no conocía y que promete diversión!
Sin embargo, tras la media hora, ves que los personajes siguen haciendo lo mismo que en la primera media hora, mantienen el rol y los diálogos son pobres... la misma persecución en coche con otro coche... Robert Duvall dando otro toque de atención igual que el primero llamando desde la misma oficina del FBI... el marido de la chica haciendo lo mismo que hacía en la primera media hora con una actuación con cara de palo... la chica con las mismas poses jugando a confundir... en fin, mal, muy mal, pero que muy mal.
La primera media hora se salva y la hora restante se podría haber contado en quince minutos porque es más de lo mismo hasta el desenlace final, que es tonto con avaricia. Tan poco trabajado como cualquier episodio de teleserie semanal setentera. Solo falta que los actores guiñen y a continuación salgan los títulos de crédito.
Una pena, porque con tan buenos actores se pudo hacer un gran producto, y realmente prometía por su comienzo. Pero el guión no da más de sí. Sólo para incondicionales de Donald Sutherland y de Jennifer O´Neill.
Y para colmo, el DVD a la venta no contiene la película remasterizada, sino con calidad VHS prácticamente, lo que refuerza que te imagines de continuo que estás viendo un telefilm barato de esos que en los ochenta ponían después de comer.
Aquí encontramos una película más siguiendo ese rol, en este caso como inspector de compañía de seguros persiguiendo ladrones de joyas. La película se deja ver media hora, en la presentación de los personajes y poco más, porque se ve que es una idea estirada. Solo pasan cinco cosas, que podrían contarse perfectamente en un episodio de Kojak de 45 minutos, pero cambiamos al policía por el detective para justificar mejor sus excesos, y los 45 minutos los llevamos a 90 a costa de prolongar las escenas, aunque no ocurra nada en ellas. Si una escena conduciendo duraba un minuto, pues le ponemos dos a costa de fumarse un cigarro el actor.
La película empieza bien, parece amena, se presentan los personajes adecuadamente y piensas que estás ante otra gran actuación de ese actorazo que es Donald Sutherland, y hasta te emocionas cuando llega Robert Duvall, siempre correcto, en su papel de policía vigilante del detective que le advierte de que no sobrepase los límites. ¡Una película de los setenta que no conocía y que promete diversión!
Sin embargo, tras la media hora, ves que los personajes siguen haciendo lo mismo que en la primera media hora, mantienen el rol y los diálogos son pobres... la misma persecución en coche con otro coche... Robert Duvall dando otro toque de atención igual que el primero llamando desde la misma oficina del FBI... el marido de la chica haciendo lo mismo que hacía en la primera media hora con una actuación con cara de palo... la chica con las mismas poses jugando a confundir... en fin, mal, muy mal, pero que muy mal.
La primera media hora se salva y la hora restante se podría haber contado en quince minutos porque es más de lo mismo hasta el desenlace final, que es tonto con avaricia. Tan poco trabajado como cualquier episodio de teleserie semanal setentera. Solo falta que los actores guiñen y a continuación salgan los títulos de crédito.
Una pena, porque con tan buenos actores se pudo hacer un gran producto, y realmente prometía por su comienzo. Pero el guión no da más de sí. Sólo para incondicionales de Donald Sutherland y de Jennifer O´Neill.
Y para colmo, el DVD a la venta no contiene la película remasterizada, sino con calidad VHS prácticamente, lo que refuerza que te imagines de continuo que estás viendo un telefilm barato de esos que en los ochenta ponían después de comer.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Desde que aparece el detective hay química sexual entre el detective y Jennifer O´Neill, pero el marido de ella, que es marido en las fechorías, le impide aceptar el buen acuerdo que ofrece el detective (devolver las joyas a cambio de darles el 10 % como premio).
Ella jura y perjura que no sabe nada de las joyas, pero todos sabemos que está implicada junto con su padre y marido, a los que intenta convencer de que salgan del negocio y acepten el acuerdo con el detective de la aseguradora, con el que a estas alturas ya se estaba acostando.
Al marido todo le huele a cuerno quemado y como es el malo de la película, se niega a claudicar, por los celos y porque es mejor intentar conseguir el 100 % que un 10 %... y de aquí llegamos asombrosamente al final, donde todos se persiguen unos a otros, la chica se va con el detective, el malo huye con las joyas pero es perseguido por la policía y detenido en alta mar, y de este modo la chica se lleva el 10 %, se lleva al detective, y al marido se lo lleva la policía esposado. FIN. Un final tan tonto y previsible, que ni en los episodios de Colombo menos trabajados.
Ella jura y perjura que no sabe nada de las joyas, pero todos sabemos que está implicada junto con su padre y marido, a los que intenta convencer de que salgan del negocio y acepten el acuerdo con el detective de la aseguradora, con el que a estas alturas ya se estaba acostando.
Al marido todo le huele a cuerno quemado y como es el malo de la película, se niega a claudicar, por los celos y porque es mejor intentar conseguir el 100 % que un 10 %... y de aquí llegamos asombrosamente al final, donde todos se persiguen unos a otros, la chica se va con el detective, el malo huye con las joyas pero es perseguido por la policía y detenido en alta mar, y de este modo la chica se lleva el 10 %, se lleva al detective, y al marido se lo lleva la policía esposado. FIN. Un final tan tonto y previsible, que ni en los episodios de Colombo menos trabajados.