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Voto de Laura:
6
5,3
10.555
Ciencia ficción. Comedia. Drama
Paul es un hombre que se da cuenta de que tendría una vida mucho mejor si encogiese, pues todo lo que necesita en la vida lo tendría igualmente pero en abundancia. Así que decide reducir enormemente su tamaño, ahora que la tecnología lo permite. (FILMAFFINITY)
27 de enero de 2018
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una vida a lo grande (Alexander Paye, 2017) es una fábula ingeniosa sobre un hombre que descubre que encogiéndose podría tener acceso a una vida mucho más cómoda. Paul (Matt Damon) es un tipo de vida gris, con un trabajo aburrido y poco dinero en el banco, que vive con curiosidad los nuevos avances que se están produciendo en la sociedad y que han miniaturizado a alguno de sus amigos. Miniaturización que ha convertido en sus amigos en millonarios, de vida feliz y existencia destensada. Todo lo contrario de lo que le ocurre a él, que no puede contentar a su mujer con una casa mejor y que pasa los días con el único divertimento de tomar unas cervezas en el bar. Pero las promesas de una vida mejor, harán que Paul deje toda su vida y emprenda un viaje hacia el enanismo, junto a su mujer.
En la primera parte de la película, asistimos con interés a esta especie de utopía de ciencia ficción, en la que la sociedad se ha convertido en una agradable alma naturalista. Por arte de magia parece que todos los seres humanos han tomado conciencia de los problemas de la tierra y han decidido sacrificarse para que nuestro planeta pueda vivir en buena forma, muchos años más. Para ello han creado este sistema que miniaturiza a las personas, para evitar unos niveles de residuos enormes, que reduzcan los niveles de contaminación y ya de paso combatir los alarmantes niveles de superpoblación que sufren algunas zonas. Todas estas intenciones se nos aparecen de forma plácida en el primer tercio de la cinta, pero hacia la mitad de la misma el cinismo hace acto de presencia.
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En la primera parte de la película, asistimos con interés a esta especie de utopía de ciencia ficción, en la que la sociedad se ha convertido en una agradable alma naturalista. Por arte de magia parece que todos los seres humanos han tomado conciencia de los problemas de la tierra y han decidido sacrificarse para que nuestro planeta pueda vivir en buena forma, muchos años más. Para ello han creado este sistema que miniaturiza a las personas, para evitar unos niveles de residuos enormes, que reduzcan los niveles de contaminación y ya de paso combatir los alarmantes niveles de superpoblación que sufren algunas zonas. Todas estas intenciones se nos aparecen de forma plácida en el primer tercio de la cinta, pero hacia la mitad de la misma el cinismo hace acto de presencia.
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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Porque cuando Paul viaja a este resort de ensueño (que puede recordar a cualquier Marina d`Or patrio), descubrimos que todas las buenas intenciones se han evaporado, para dar paso al más sucio mercantilismo. Los que allí viven como el excesivo Dusan (Christoph Waltz), no tienen nada de ecologistas y mucho de aprovechados. De hecho Dusan no oculta que gracias a la miniaturización puede hacer negocio con los productos de los grandes, en una especie de mercado negro al uso, del que se desprende un gran materialismo, que difiere mucho de los principios ecologistas. Las personas que residen en ese mundo paralelo de ensueño, han sacrificado sus vidas y sus relaciones para pasar a vivir como nuevos ricos. Ese es el caso de Paul, que gracias a encogerse pasa de tener 150.000 dólares a 12 millones, en el mundo de las miniaturas. Un pragmatismo feroz, que tras un tiempo va haciendo mella en Paul y por ello quizás Payne nos subraya una flor, a tamaño natural, que éste ha comprado y que crea sensación entre unos vecinos para los que aquello es un elemento inusual. En este mundo, supuestamente, paradisíaco, no hay flores y sí enormes mansiones y confortables coches eléctricos.
Otro aspecto interesante de la cinta es como a través del proceso de miniaturización todos los seres humanos pierden su identidad y pasan a ser un elemento más de la masa. Paul se queda sin pelo en la cabeza, cejas y extremidades y además debe quedarse desnudo. Y para el proceso, Paul debe separase de su mujer y quedarse en solitario. Una soledad que va a ser un elemento que se repita durante la trama, ya que a Paul le va a abandonar su mujer y va a tener que afrontar su nueva vida en la más absoluta soledad. El mensaje de la cinta no puede ser más claro, por mucho dinero que Paul tiene al haberse encogido, al no poder disfrutarlo con su mujer, nada de lo que tiene consigue despertarle una sonrisa.
No obstante, al final Paul consigue ver la luz y dejar de ocultarse. Por mucho que parezca dispuesto a irse al túnel, que la secta de los seres encogidos ha construido para sobrevivir al supuesto fin del planeta, en el último suspiro Paul sale corriendo y se queda con Ngoc. Por fin Paul deja de huir de la realidad y afronta su vida, junto a Ngoc, sin miedo a lo que pueda venir. Después de escapar de su vida como ser de tamaño natural y quedarse sin mujer y amigos, Paul consigue darle un sentido a su vida junto a la franca, sincera y divertida Ngoc, que se revela como el personaje más interesante e ingenioso de toda la cinta.
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Otro aspecto interesante de la cinta es como a través del proceso de miniaturización todos los seres humanos pierden su identidad y pasan a ser un elemento más de la masa. Paul se queda sin pelo en la cabeza, cejas y extremidades y además debe quedarse desnudo. Y para el proceso, Paul debe separase de su mujer y quedarse en solitario. Una soledad que va a ser un elemento que se repita durante la trama, ya que a Paul le va a abandonar su mujer y va a tener que afrontar su nueva vida en la más absoluta soledad. El mensaje de la cinta no puede ser más claro, por mucho dinero que Paul tiene al haberse encogido, al no poder disfrutarlo con su mujer, nada de lo que tiene consigue despertarle una sonrisa.
No obstante, al final Paul consigue ver la luz y dejar de ocultarse. Por mucho que parezca dispuesto a irse al túnel, que la secta de los seres encogidos ha construido para sobrevivir al supuesto fin del planeta, en el último suspiro Paul sale corriendo y se queda con Ngoc. Por fin Paul deja de huir de la realidad y afronta su vida, junto a Ngoc, sin miedo a lo que pueda venir. Después de escapar de su vida como ser de tamaño natural y quedarse sin mujer y amigos, Paul consigue darle un sentido a su vida junto a la franca, sincera y divertida Ngoc, que se revela como el personaje más interesante e ingenioso de toda la cinta.
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