Reconozco que nunca había oído hablar de Zulueta hasta después de su reciente muerte, ni de ARREBATO, que tan de moda se ha puesto en los círculos gafapasta y alternativo. Las críticas leídas por la curiosidad me echaban para atrás, hablaban de cine experimental, psicodelia, ausencia de guión, malas interpretaciones... pero sorprendían por la buena nota que mostraban al final. Así que no me puede resistir.

ARREBATO es una película extraña, personal y compleja, que durante su primera hora se muestra aburrida, lenta y mal realizada. A punto estuve de quitarla e irme a dormir. En lo único que no coincidía con la mayoría de las críticas era en las interpretaciones: Cecilia Roth y Eusebio Poncela están tan fantásticos como en MARTIN (HACHE), y Will More borda su excéntrico y catatónico papel. El sonido, eso sí, es desastroso, y la fotografía y el guión brillan por su ausencia.

En la última media hora todo cambia. Puede que condicionada por el contraste con la primera mitad del film, la parte final es una intensa y terrorífica vuelta de tuerca, que trata con maestría el suspense y la ambigüedad de significado. Durante esta parte final, pasé de estar medio dormido a levantarme y pegarme contra la pantalla, devorando (tal y como dice Pedro) cada fotograma, esperando lo que vendría a continuación, buscando significados ocultos (heroína, fracaso...) y, sin darme cuenta, disfrutando de puro CINE, con mayúsculas.