Es satisfactorio ver como año con año la industria cinematográfica nacional crece. En el 2010 el director Hernán Jiménez nos regaló una bonita película intimista sobre el tema de la vejez "A ojos cerrados", y ahora con su segundo largometraje, se reivindica como un cineasta con talento.
La historia se centra en Antonio, un costarricense de 30 años, que regresa a Costa Rica después de algunos años de vivir en el extranjero. Su padre que está enfermo, le pide a él que vuelva para que lo atienda por su enfermedad. Al llegar a casa y encontrarse con su padre, discute con su progenitor y decide marcharse, pero al salir es asaltado y pierde su pasaporte.
Debido a este incidente, Antonio debe permanecer por un tiempo en el país y por su parte debe convivir con su hermana, su sobrino, César un amigo que ahora es roquero y una amiga de la infancia.
En sí a película hace una denuncia a problemas que aquejan a la sociedad como la delincuencia, la inseguridad, disgregación familiar. No hay que perder de vista, algunas caídas de tono que le quitan mucho valor.
En cuanto a las actuaciones, Hernán es un poco flojo, se nota que no hay mucha precisión entre dirigir y actuar a la vez. El personaje de Daniel Ross, César es divertido y su vez dramático. Pero en sí todos cumplen con creces su labor.
El final deja un sin sabor, si se hubiera pulido un poquitico más la cosa resultaría mejor.
Sin embargo "El regreso" es una cinta entretenida y virtuosa que hace reflexionar a más de uno.