La película/documental está hecha con un cariño y una calidad sobresalientes. Acostumbrados a tantos documentales narrados con voz de varón no me ha desentonado el que lo haga una mujer, y con un ritmo acorde me he metido de lleno en lo que mostraban las imágenes.

Es difícil quedarte con una sola escena. Linces, buitres, nutrias, águilas, cigüeñas, ciervos ... te quedas ensimismado con el vuelo de las aves, con la caza en la cadena alimenticia que supone la fauna de las dehesas. Y la flora, con esas encinas y alcornoques en paisajes únicos. dando vida a todo lo demás.

Sales en paz de la sala, y con ganas de que llegue el invierno para ir a alguna casa rural a poder vivir en persona parte de lo que han sabido captar con las cámaras en este documental.

Gracias por esta maravilla.