Son of God presenta una versión impecable en casi todos sus aspectos y matices del Maestro, presentándolo con una extraordinaria sencillez a la vez que unas sorprendente y sugestivas fortaleza y majestuosidad. Rompiendo así con una nefasta tradición de sucesivas presentaciones de un lejano, débil y casi afeminado Jesús.

Para aquellos admiradores de ese gran ser que fuera Jesús y sin entrar en fanatismos de ninguna índole, ésta es la mejor representación del Maestro.

Algunas emotivas escenas con los discípulos magníficamente logradas, logran transmitir como real una muy profunda devoción por el Maestro, que llega a contagiar gratamente al espectador.