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España España · Madrid
Voto de martillo:
9
Serie de TV. Documental Serie de TV de 10 capítulos (2012-2013). La historia narrada y escrita por Oliver Stone en colaboración con Peter Kuznick se centra en una serie de hechos históricos que nunca trascendieron a la opinión pública, pero que determinaron de manera crucial la compleja historia de Estados Unidos en el siglo XX. (FILMAFFINITY)
16 de octubre de 2013
36 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
Solo echamos un vistazo en esta página y nos damos cuenta de ello: nos encanta Estados Unidos. Lo llevamos viendo desde pequeñitos mediante sus películas, sus series. Queríamos ser John Wayne o Kirk Douglas. Los pistoleros más rápidos del Salvaje Oeste. Queríamos que una rubia como Lauren Bacall nos pidiera que juntáramos sus labios y que silbáramos para que viniera a nuestro lado. ¿Un detective? Marlow. ¿Un jugador de póquer? Edward G. Robinson. ¿Quizá nos gusta más el billar? Pues ahí estaba Newman junto al Gordo de Minesota, en aquel local lleno de humo y de mesas con tapete verde en un magnífico blanco y negro.
Nos hemos deleitado con la historia de la mafia, con los tiroteos, con los gánsters recorriendo Chicago con una Thompson fuera de la ventanilla escupiendo fuego.
¿Y las películas bélicas? Nos hemos identificado con los héroes del celuloide mientras asaltaban un nido de ametralladora acabando con los malos. Porque los otros, siempre eran los malos.
Nos hemos llegado a subir por las paredes presenciando El exorcista. Y antes de eso, nos habíamos entregado a Drácula, jugado con Frankenstein junto a un río o inquietado con La Momia.
¿Y fuera del cine? Fuera de la pantalla hemos llenado nuestras discotecas personales con Glenn Miller, Elvis, con Chuck Berry o Buddy Holly. Nos hemos tragado los años sesenta, llenos de inconformismo escuchando a Bob Dylan, The Mamas & the Papas o flipando con la guitarra de Jimy Hendrix y la voz de Janis Joplin.
Nuestra vida ha estado llena de jazz, rock y blues.
Y también hemos leído. Nos hemos tirado por las Hojas de hierba de Walt Whitman, hemos leído a Poe y hemos navegado por las páginas de Melville en busca de la ballena blanca, de Moby Dick. Y a Mark Twain, y a Faulkner, que sin saberlo, se iba a convertir en autor sagrado de un pueblo en Amanece que no es poco. O a Dashiell Hammet o Charles Bukowski.
¿Y en arte? En arte nos hemos tragado botes de sopa de Warhol, cuadros incomprensibles de Pollock, retratos de Cecilia Beaux o nos hemos quedando mirando a través del escaparate de la cafetería que pintó Edward Hopper.
Nos hemos tragado la cultura y la subcultura norteamericanas. Nos tragamos refrescos de cola, hamburguesas, vestimos pantalones vaqueros y nos calzamos con deportivas con nombre de diosa griega. Nos hemos fumado cartones de tabaco con la melodía de Los siete magníficos sonando de fondo. Hemos disfrutado del “american way of life” sin salir de nuestro pueblo.

Así que por todo esto, por lo mucho que nos gusta EEUU, esta serie documental no es que sea imprescindible, es que resulta necesaria para comprender el siglo que acabamos de dejar atrás, y el tiempo que nos toca vivir ahora. Porque en este documental, nos van a contar una historia que no nos habían enseñado las pantallas de cine; donde hay nombres, corporaciones o intereses que jamás han aparecido en los títulos de crédito.
Porque esta serie, no es una mera crítica a un sistema, a un modo de vida que está revelándose injusto. Es la historia de un país contada por ciudadanos de ese país. Y lo hace sin contemplaciones, sin demasiado maquillaje y a veces, se le ven mucho las arrugas y las imperfecciones.
martillo
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