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Voto de Juan Ignacio :
8
Drama Mohamed se preocupa cuando su hijo mayor vuelve a casa, tras un largo viaje, acompañado de una extraña mujer.
3 de agosto de 2019
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Traducir el título de este cortometraje por 'Fraternidad' no es, a mi parecer, lo más acertado. Ya sé que fraternidad y hermandad significan lo mismo. Pero en este caso, además de una hermandad de hermanos de sangre, que se da en la historia, se habla, lo dice expresamente el personaje de Malek (y la directora, Meryam Joobeur, lo explicó en una entrevista en la revista canadiense 'Voir'), de la unión con sus hermanos musulmanes, y todos conocemos de qué se habla cuando alguien se refiere a 'hermandad musulmana', y más en tiempos de guerra, como en Siria.

La acción transcurre en la zona costera del norte de Túnez, en concreto en la gobernación de Bizerta. Mohamed vive humildemente de lo que obtiene con su pequeño rebaño de ovejas junto a su mujer Salha y sus hijos Chaker y Rayane, de unos 11 y 5 años de edad, respectivamente. El mayor, Malek, regresa tras un año de ausencia que ha pasado combatiendo con las tropas del Estado Islámico. Pero no vuelve solo, lo hace con su mujer, de 14 años, que viste el niqab. Si Mohamed desaprobó la marcha de su hijo en su momento, tampoco le agrada su retorno que, además, le ponen a él, y a su familia, en un serio compromiso.

Meryam Joobeur (nacida en Túnez, con nacionalidad estadounidense y residente en Montreal) es la directora de este cortometraje (producido entre Canadá, Túnez, Catar y Suecia) y autora de su guion. Sorprende la gran calidad de su trabajo, no solo por la fuerza de su argumento, sino por la manera de estar realizado. En formato 4:3, con enorme sobriedad, pero con unas escenas contenidas, escuetas, sin ningún alarde, llenas de recia belleza, que rezuman credibilidad y que hablan por sí solas; con unas bonísimas interpretaciones de Mohamed Graïaa y de Salha Nasraoui, los dos únicos actores profesionales del plantel, en los papeles de los padres de Malek y sus hermanos (los tres son hermanos en la vida real, de familia de pastores, a quienes Joobeur encontró casualmente mientras buscaba localizaciones con su director de fotografía). Utilizando muy bien las elipsis, la autora de esta obra nos narra el drama de esta familia ocasionado por la partida de su hijo mayor a luchar en las filas del Estado Islámico, pero de la misma manera nos muestra las razones de lo que fue en realidad una fuga de su entorno y el motivo del regreso, huida en la que el padre del muchacho tuvo mucho que ver y que él mismo, por no atenerse a razones y precipitarse en su juicio y acción, sin esperar a conocer los motivos de su vuelta, estropeará definitivamente la vida de la familia.

Cortometraje premiado como el mejor de Canadá en 2018 y presentado en numerosos festivales de todo el mundo con un éxito merecido, tanto que la autora dice estar ya trabajando en un largo sobre el mismo en el que pretende dar mayor protagonismo al papel de la madre.
Juan Ignacio
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