Película de obligado visionado aunque sólo sea porque se levanta en el cine como un clásico. Obligado visionado del que he de decir que resulta agradable y que para nada se hace a disgusto.
En ella se nos cuenta la historia de un joven de 21 años (es discutible aunque a algunos no se lo parezca) de clase social alta acomodada que se encuentra perdido en la vida en el sentido que no sabe qué hacer ni hacia adonde se dirige (¡anda, cómo el resto de los mortales!). Se muestra perfectamente que es un chico introvertido, inseguro, sin ningún poder de convicción y, básicamente, lo que llamaríamos un "pringao". Pues bien, este chico tímido e introvertido se convierte en el punto de mira de una mujer madura que, pese a conseguir todo lo que quiere y tener una garra y fuerza abrumadora, no deja de ser una desgraciada e infeliz.
A la vez que esa relación sigue adelante en el tiempo (que no en los sentimientos) vamos viendo un cambio en el protagonista ya que su carácter anodino y silencioso irá desapareciendo para dar lugar a una persona fuerte, que sabe lo que quiere y que luchará por conseguirlo. Y esa transformación la vamos a ir viendo sobre todo cuando el bueno de Henry congenie con la adorable hija de su amante.
Un hip hip hurra para Simon & Garfunkel que acompañan a Dustin Hoffman durante el film.