La película parece por momentos una mala copia de El caso Bourne, desde la persecución inicial a la protagonista que en vez de ir en coche como en El caso Bourne va en moto hasta la trama, una ex espía que se vuelve contra su agencia con el objetivo de limpiar su nombre.

La película nunca llega a enganchar ya que los protagonistas no convencen y la historia tampoco. Algunas escenas rozan la incredulidad, lo que empieza siendo una apuesta entre tres amigotes por ligarse a la ex espía acaba convirtiéndose en realidad en menos de 24 horas sin razón de ser.