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Voto de Zacone:
8
6,9
148
Drama
Primera película en imagen real de Hideaki Anno, creador del estudio Gainax y los animes Evangelion, Ebichu o Kare Kano, entre otros. Trata sobre las colegialas adolescentes y el negocio de las citas/prostitución. (FILMAFFINITY)
10 de enero de 2023
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Yo soy uno de los tantos ex-japanófilos que se sintieron fascinados por Japón por su envoltorio de manga/anime y supuesto avance tecnológico y social. Japón es un maestro del marketing al crear y vender un Japón que no existe, y que desde luego no es el real.
Con el transcurso del tiempo, Japón se está abriendo cada vez más y su población extranjera crece, teniendo en el año 2022 aproximadamente un 2% de población extranjera. En España la población extranjera es de 12,9%, por comparar. Menciono esto porque cada vez se conocen más experiencias de extranjeros viviendo en Japón, facilitadas por la difusión en masa por Internet.
Una de las cosas que “se comentan”, es que no es raro que las mujeres japonesas se prostituyan o acudan a “citas” en su época de instituto y/o universitaria. Uno de los creadores de contenido que vive en Japón y sigo confesó que su mujer japonesa se prostituyó en su juventud. Esta mujer estudió una carrera sanitaria y actualmente trabaja en ese ámbito.
La motivación de las chicas para participar en esto puede ser la necesidad o no, pero definitivamente no tiene que ser una necesidad extrema; tal y como indica el compañero Pachón, en Japón existe la cultura Enjo kōsai, en el que hombres mayores invitan a mujeres jóvenes a citas, les pagan la comida/cena, les hacen regalos, y si ambas partes quieren, también hay sexo. La razón de las chicas para participar en esto sí puede ser algo frívolo como un anillo o un bolso, pero también hay chicas que están metidas en este mundillo para pagar sus estudios universitarios.
Pero esto no es nada nuevo, es la situación “Suggar Daddy” que ya conocemos en Occidente. En Japón los llaman “Papa Katsu”. Vale, ¿por qué he puesto “Japón enferma” como título? ¿Es solo un título incendiario para captar tu atención y que leas esta crítica? Pues no, o no del todo. La sociedad japonesa ha puesto un toque adicional enfermizo a la situación “Papa Katsu.”
Y es la fijación por las niñas o chicas excesivamente jóvenes. Todos conocemos la situación “Suggar Daddy” en Occidente, ¿pero con colegialas de 14, 15, 16 años? Si se trata de una competición de extremos, probablemente Japón ganará. Uno de los indicios de por qué esto existe es el fetiche con los Sailor fuku, el uniforme típico marinero para las estudiantes. La sociedad japonesa tiene fascinación con la niñez, juventud, inocencia, pureza, esfuerzo y la progresión. Las ligas infantiles de béisbol de colegios y grupos de idols (chicas que se dedican a cantar y bailar ante el público) de chicas muy jóvenes son muy populares. Da igual que jueguen mal o sean torpes, da igual que canten o bailen mal. La fascinación proviene precisamente de esa inexperiencia, inocencia y pureza, y la sociedad japonesa los sigue, apoya y acompaña en este camino de superación en el que se esfuerzan y progresan para hacerse mejores y perseguir sus sueños. La fascinación está en el proceso, no en el resultado.
Como comenté, si se trata de una competición de extremos, Japón ganará, y es por esto que en ocasiones esta fascinación por la inocencia y la pureza es llevada al sexo, como es el caso de los “Papa Katsu” amantes de colegialas.
De todas formas, tampoco es como si simplemente los hombres japoneses fueran depredadores que persiguen a colegialas y ya está. Tal y como se muestra en la película, en un primer momento podemos observar cómo estos hombres las buscan y les hacen determinadas proposiciones, pero posteriormente las colegialas también los buscan porque saben qué pueden sacar de ellos. Algunas se refieren a ellos como sus “novios”. Es la cultura Enjo kōsai.
La película es experimental por la forma en la que está rodada, como si estuviéramos viendo una cámara oculta (cine gonzo). Y me encanta la sensación nostálgica que transmite del Japón de entre los años 2000-2010, a pesar de que la película fue rodada en 1998. Me refiero en particular a cómo son los teléfonos móviles, la apariencia de los centros comerciales y a la presencia del videoclub.
- Zacone
Con el transcurso del tiempo, Japón se está abriendo cada vez más y su población extranjera crece, teniendo en el año 2022 aproximadamente un 2% de población extranjera. En España la población extranjera es de 12,9%, por comparar. Menciono esto porque cada vez se conocen más experiencias de extranjeros viviendo en Japón, facilitadas por la difusión en masa por Internet.
Una de las cosas que “se comentan”, es que no es raro que las mujeres japonesas se prostituyan o acudan a “citas” en su época de instituto y/o universitaria. Uno de los creadores de contenido que vive en Japón y sigo confesó que su mujer japonesa se prostituyó en su juventud. Esta mujer estudió una carrera sanitaria y actualmente trabaja en ese ámbito.
La motivación de las chicas para participar en esto puede ser la necesidad o no, pero definitivamente no tiene que ser una necesidad extrema; tal y como indica el compañero Pachón, en Japón existe la cultura Enjo kōsai, en el que hombres mayores invitan a mujeres jóvenes a citas, les pagan la comida/cena, les hacen regalos, y si ambas partes quieren, también hay sexo. La razón de las chicas para participar en esto sí puede ser algo frívolo como un anillo o un bolso, pero también hay chicas que están metidas en este mundillo para pagar sus estudios universitarios.
Pero esto no es nada nuevo, es la situación “Suggar Daddy” que ya conocemos en Occidente. En Japón los llaman “Papa Katsu”. Vale, ¿por qué he puesto “Japón enferma” como título? ¿Es solo un título incendiario para captar tu atención y que leas esta crítica? Pues no, o no del todo. La sociedad japonesa ha puesto un toque adicional enfermizo a la situación “Papa Katsu.”
Y es la fijación por las niñas o chicas excesivamente jóvenes. Todos conocemos la situación “Suggar Daddy” en Occidente, ¿pero con colegialas de 14, 15, 16 años? Si se trata de una competición de extremos, probablemente Japón ganará. Uno de los indicios de por qué esto existe es el fetiche con los Sailor fuku, el uniforme típico marinero para las estudiantes. La sociedad japonesa tiene fascinación con la niñez, juventud, inocencia, pureza, esfuerzo y la progresión. Las ligas infantiles de béisbol de colegios y grupos de idols (chicas que se dedican a cantar y bailar ante el público) de chicas muy jóvenes son muy populares. Da igual que jueguen mal o sean torpes, da igual que canten o bailen mal. La fascinación proviene precisamente de esa inexperiencia, inocencia y pureza, y la sociedad japonesa los sigue, apoya y acompaña en este camino de superación en el que se esfuerzan y progresan para hacerse mejores y perseguir sus sueños. La fascinación está en el proceso, no en el resultado.
Como comenté, si se trata de una competición de extremos, Japón ganará, y es por esto que en ocasiones esta fascinación por la inocencia y la pureza es llevada al sexo, como es el caso de los “Papa Katsu” amantes de colegialas.
De todas formas, tampoco es como si simplemente los hombres japoneses fueran depredadores que persiguen a colegialas y ya está. Tal y como se muestra en la película, en un primer momento podemos observar cómo estos hombres las buscan y les hacen determinadas proposiciones, pero posteriormente las colegialas también los buscan porque saben qué pueden sacar de ellos. Algunas se refieren a ellos como sus “novios”. Es la cultura Enjo kōsai.
La película es experimental por la forma en la que está rodada, como si estuviéramos viendo una cámara oculta (cine gonzo). Y me encanta la sensación nostálgica que transmite del Japón de entre los años 2000-2010, a pesar de que la película fue rodada en 1998. Me refiero en particular a cómo son los teléfonos móviles, la apariencia de los centros comerciales y a la presencia del videoclub.
- Zacone
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Hitomi es una chica normal, tal vez no tan atrevida y precoz como sus amigas, y quiere un anillo que no puede comprar y no puede ni se atreve a pedir el dinero a sus padres.
Pero sus amigas le hablan de sus “novios” o de los hombres que les hacen propuestas por la calle o en centros comerciales. Gracias a estos hombres consiguen comidas y cenas gratis, les regalan ropa y joyas, y hasta les pueden dar dinero.
Hitomi quiere ese anillo, ese mismo día. Y una de sus amigas le presta a Hitomi el teléfono móvil que puede usar para dejar mensajes de voz para que los posibles clientes se pongan en contacto con ella. La película sugiere que se trata de un negocio controlado por la yakuza, pero esto no se confirma en mi opinión.
Durante la película podemos ver los que probablemente sean los típicos arquetipos de clientes de estas chicas de compañía: el salaryman (empleado fijo de empresa japonesa que tiene dinero pero poco tiempo y menos vida personal) que tiene fetiches como ver cómo colegialas mastican uvas; el salaryman que solo quiere compañía de colegialas mientras las trata como si fueran sus hijas preguntándoles por sus planes futuros, la universidad, etc, instando a que se esfuercen y estudien mucho-mucho, etc ; el salaryman que solo quiere que las colegialas coman con él en su casa; el otaku rechazado por la sociedad que quiere contacto sexual con chicas y un criminal con probables problemas mentales que se dedica a robar a prostitutas y quizás también a asesinarlas.
Pueden identificarse problemas como la soledad más abismal y la imposible conciliación de la vida laboral y personal para los trabajadores japoneses, teniendo una total ausencia de vida personal. Estos problemas pueden encontrarse en cualquier parte del mundo que podemos llamar desarrollado, pero en este caso el contexto es Japón. Y desde luego la prostitución no es una solución a este problema.
Pero sus amigas le hablan de sus “novios” o de los hombres que les hacen propuestas por la calle o en centros comerciales. Gracias a estos hombres consiguen comidas y cenas gratis, les regalan ropa y joyas, y hasta les pueden dar dinero.
Hitomi quiere ese anillo, ese mismo día. Y una de sus amigas le presta a Hitomi el teléfono móvil que puede usar para dejar mensajes de voz para que los posibles clientes se pongan en contacto con ella. La película sugiere que se trata de un negocio controlado por la yakuza, pero esto no se confirma en mi opinión.
Durante la película podemos ver los que probablemente sean los típicos arquetipos de clientes de estas chicas de compañía: el salaryman (empleado fijo de empresa japonesa que tiene dinero pero poco tiempo y menos vida personal) que tiene fetiches como ver cómo colegialas mastican uvas; el salaryman que solo quiere compañía de colegialas mientras las trata como si fueran sus hijas preguntándoles por sus planes futuros, la universidad, etc, instando a que se esfuercen y estudien mucho-mucho, etc ; el salaryman que solo quiere que las colegialas coman con él en su casa; el otaku rechazado por la sociedad que quiere contacto sexual con chicas y un criminal con probables problemas mentales que se dedica a robar a prostitutas y quizás también a asesinarlas.
Pueden identificarse problemas como la soledad más abismal y la imposible conciliación de la vida laboral y personal para los trabajadores japoneses, teniendo una total ausencia de vida personal. Estos problemas pueden encontrarse en cualquier parte del mundo que podemos llamar desarrollado, pero en este caso el contexto es Japón. Y desde luego la prostitución no es una solución a este problema.