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España España · Cinecittà
Voto de Xavier Vidal:
6
Drama Thomas Jacob, un cantautor de fama mundial, vive en Los Ángeles. Después de varios años de ausencia, regresa a Dinamarca para grabar un nuevo álbum y reunirse con la hija de la que se distanció. Ella le presenta a Noa, su hijo de 11 años. Aunque no conoce al niño, a Thomas no le queda más remedio que cuidar de él. Poco a poco, acabarán conectando gracias a la música, y Thomas entonces tomará una decisión que cambiará su vida para siempre. (FILMAFFINITY) [+]
20 de octubre de 2014
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si hay una temática que recorre transversalmente la corta pero fructífera filmografía de Pernille Fischer Christensen es la incomunicación entre personas: de ahí que todas sus películas, en mayor o menor grado, puedan considerarse una exploración de 'el otro' en la Dinamarca bienestante de nuestros días (aunque descrita en términos de frialdad y de hieratismo emocional) y apelen a una empatía tanto interna como externa (los personajes se conocen entre ellos al mismo tiempo que los espectadores van familiarizándose con las vidas magulladas que retrata Fischer Christensen, una fórmula realmente efectiva que explica, entre otras cosas, por qué el cine de la cineasta danesa es uno de los pocos que siempre tiene presencia asegurada en las carteleras y en los certámenes de todo el mundo).

En 'Alguien a quien amar', Fischer Christensen recurre a una figura cargada de mística cinematográfica: el cantante que tras una vida de excesos y de éxitos regresa a su país de origen para saldar cuentas pendientes. Persbrandt dota de fuerza a un personaje inepto en todos los aspectos: su carrera discográfica depende casi por entero del trabajo de su mánager y de algunas amistades del pasado, y en su vida personal es un individuo incapaz de gestionar el dolor que recibió en su día por parte de su padre y el dolor que él mismo infringe a sus más allegados. Afortunadamente, el trágico bagaje del personaje nunca se explicita ni da pie a escenas de factura tremendista: el director prefiere contar por omisión, y en este sentido es muy interesante comprobar cómo los pequeños contactos físicos entre los personajes, los casi imperceptibles amagos de complicidad entre el protagonista y su reducido círculo íntimo (la mano que posa sobre el brazo de su hija drogadicta, las leves caricias que hace a ese nieto que no conoce, las miradas que lanza a su compañera de grabación, etc.), cuentan mucho más del protagonista y sus interioridades que otras escenas donde Fischer Christensen se comporta como una narradora más tradicional (por ejemplo, el momento en que el protagonista se sincera con el pequeño con respecto a su padre alcohólico).

'Alguien a quien amar', por lo tanto, se debate entre dos frentes (la elegancia frente al drama descarnado, la sutileza frente a la tragedia explícita), y aunque el cómputo final reúne bastantes trampas (sobre todo en el segundo tramo de metraje), el film termina convenciendo por la capacidad de la directora por tocar la fibra sensible de la platea sin que ésta se sienta violentada o asaltada según las fórmulas habituales de cierto cine norteamericano (incluso en sus tramos más discutibles, la película nunca apela a la lágrima fácil). Un mérito ya presente en las anteriores obras de la directora y que en este nuevo título se multiplica gracias al gran trabajo de Persbrandt y Dyrholm: a su comprobada solvencia como intérpretes, cabe sumar el hecho de que en el film cantan sin playback, como si las fronteras entre el actor y el personaje fuesen muy finas, casi irreconocibles. Un film, en resumen, lleno de contrastes que se suma a la notable listas de grandes obras que nos llegan últimamente desde el norte de Europa.

@Xavicinoscar, Cinoscar & Rarities
Xavier Vidal
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